Nueva York, Estados Unidos.- Luego de varios meses de pronósticos, el fenómeno climático conocido como “La Niña” ha sido oficialmente confirmado en enero de 2025 por el Centro de Predicción Climática (CPC) de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
Este fenómeno se caracteriza por la disminución de las temperaturas del agua en el Pacífico ecuatorial, y se asocia con alteraciones significativas en los patrones meteorológicos a nivel global.
Sin embargo, su impacto en las condiciones climáticas de invierno y primavera parece ser limitado, ya que se perfila como una de las fases más débiles registradas en los últimos años.
Efecto moderado de “La Niña”
A pesar de la debilidad de este fenómeno, su influencia ya ha comenzado a marcar la diferencia en las condiciones meteorológicas de esta temporada invernal.
Aunque su llegada se retrasó, “La Niña” ha tenido efectos evidentes en el clima de invierno, particularmente en ciertas regiones de Estados Unidos.
Los meteorólogos, como Emily Becker, profesora de Investigación de la Universidad de Miami, mantienen una vigilancia constante sobre la interacción entre “La Niña” y su contraparte, “El Niño”, dado que ambos fenómenos influyen de manera predecible en el clima global, especialmente cuando sus patrones son intensos.
En comparación con la temporada invernal pasada, que fue la más cálida registrada en Estados Unidos y estuvo dominada por un “super El Niño”, este invierno se presenta con características muy diferentes.
Mientras que “El Niño” del año anterior generó temperaturas anormales en muchas regiones, “La Niña” actual es mucho más débil y llega más tarde en la temporada, lo que limita su capacidad de generar efectos significativos sobre el clima.
Según Becker, “La Niña” ha comenzado a manifestarse justo cuando normalmente alcanzaría su punto máximo de intensidad, pero ya está en un estado de declive.
“Está comenzando justo en el momento en que normalmente alcanzaría su punto máximo (de fuerza) y empezaría a disminuir”, dijo Becker, que también es una de las principales autoras del blog La Niña/El Niño de la NOAA.
Qué es “La Niña” y su impacto
Este fenómeno se caracteriza por un enfriamiento en las aguas del Pacífico ecuatorial, lo cual provoca alteraciones en los patrones atmosféricos que afectan el clima en diferentes partes del mundo.
En este caso, aunque los patrones atmosféricos comenzaron a ajustarse al comportamiento de “La Niña” en otoño, las temperaturas oceánicas correspondientes no se alinearon completamente con este fenómeno hasta finales de año.
Uno de los lugares donde los efectos de “La Niña” se han hecho más evidentes es en California.
Durante este fenómeno, el norte del estado experimenta inviernos más húmedos, mientras que el sur suele ser más seco.
Este patrón se está cumpliendo con notables impactos: mientras que en el norte de California se han registrado lluvias significativas, el sur del estado sufre una sequía tal que ha provocado incendios forestales que han arrasado miles de hectáreas.
Además, “La Niña” también tiende a generar más precipitaciones en el Medio Oeste de Estados Unidos, como lo muestran las lluvias intensas que han afectado a ciudades como St. Louis, Indianápolis y Cincinnati.
Resto del invierno
De acuerdo con el CPC, “La Niña” se mantendrá en un estado débil hasta abril de 2025, antes de dar paso a condiciones neutras, es decir, ni “La Niña” ni “El Niño”.
Aunque se espera que la influencia de “La Niña” continúe durante el invierno y la primavera, los meteorólogos advierten que no se puede garantizar que el clima se desarrolle según los patrones típicos de este fenómeno.
Emily Becker señala que, si “La Niña” fuera más fuerte, las predicciones para el resto de la temporada serían más confiables; sin embargo, su debilidad abre espacio para que otros factores atmosféricos también influyan.
Por lo que respecta a las previsiones, el CPC anticipa temperaturas más cálidas de lo normal en gran parte del sur y el este de Estados Unidos entre enero y marzo, mientras que algunas zonas del noroeste podrían experimentar condiciones más frías de lo habitual, algo característico de “La Niña”.
Asimismo, el noroeste y el Medio Oeste del país podrían continuar registrando precipitaciones más frecuentes, lo que podría dar lugar a nevadas en las primeras semanas de la primavera.
En contraste, se espera que el sur de Estados Unidos siga siendo más seco de lo habitual, aunque algunas áreas del valle del Mississippi y el sureste podrían experimentar lluvias excepcionales.
“La Niña” llega tarde
Los pronósticos a largo plazo del CPC habían sugerido, por primera vez, la posibilidad de un cambio hacia “La Niña” a partir de febrero de 2024, cuando “El Niño” aún dominaba.
En ese momento, los expertos esperaban que “La Niña” llegara durante el verano o el otoño, aumentando la actividad de huracanes en el Atlántico.
Sin embargo, la llegada de “La Niña” se retrasó considerablemente, lo que dejó un largo período de condiciones neutras a lo largo del verano y otoño.
Esta demora hizo que la temporada de huracanes no dependiera de “La Niña” para generar impactos devastadores.
El retraso en la formación de “La Niña” podría explicarse por las altas temperaturas oceánicas globales, que se han mantenido muy por encima de la media durante más de un año.
Según Becker, también se registraron temperaturas extremas en la atmósfera global en 2024, lo que posiblemente contribuyó a la dificultad del Pacífico ecuatorial para enfriarse lo suficiente como para activar las condiciones propias de “La Niña”.
Esto ha sido un desafío para la manifestación completa de este fenómeno, que se ve obstaculizado por el calor retenido en los océanos y la atmósfera circundante.
