A inicios de semana, más de 850.000 residentes en 37 vecindarios quedaron confinados en sus áreas a menos que tengan justificación para ir a otra parte, mientras que la capacidad máxima en tiendas y restaurantes se ha reducido.
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Esas restricciones se ampliarán ahora a 160.000 personas más en zonas donde hay una tasa de más de 1.000 personas por cada 100.000 residentes que han dado positivo a covid-19 en las últimas dos semanas, una de las tasas más altas de Europa, anunció el viernes el gobierno regional de Madrid.
En todo Madrid y su región circundante, las reuniones están limitadas a un máximo de seis personas.
En una rueda de prensa organizada apresuradamente, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, dijo que el gobierno español recomendaba medidas más duras, incluido un cierre parcial, para todo Madrid y sus 3,3 millones de habitantes, no sólo para las zonas más afectadas. Agregó que la tasa de contagios en las zonas con restricciones se debe reducir a 500 casos por cada 100.000 habitantes.
Al indicar que los atajos no son válidos, Illa reconoció ante los reporteros que vienen semanas muy complicadas, pero aseguró que habrá éxito si todos hacen lo que se necesita hacer.
Las limitaciones han sido objeto de protestas por parte de los residentes, que afirman que están siendo atacados porque viven en zonas pobres con una población más densa, peor infraestructura que las áreas más prósperas y con más personas usando el transporte público para ir al trabajo.
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Los políticos tanto a nivel nacional como regional han estado en desacuerdo sobre la respuesta a la pandemia, aunque hace poco acordaron negociar un plan coordinado para hacer frente a los brotes preocupantes en Madrid. La tregua duró menos de una semana y el viernes en conferencias de prensa transmitieron un mensaje de desacuerdo e intercambio de culpas políticas.
En García Noblejas, uno de los barrios afectados la gente reaccionó con confusión. “No me parece suficiente, habría que hacerlo a nivel general, porque está todo invadido. Que en alguna parte haya algunos más y en otros menos no me parece suficiente para hacerlo por partes”, dijo Eneda Rodríguez, una cocinera de 62 años.
Cecilia Quilomba, 52, afanadora, coincidió: “No deberíamos pensar egoístamente, sino cerrar todo, para que todo esto termine. Porque si cerramos por una parte y luego hay contagios por un lado y otro, pues yo pienso que no sirve de nada”.
José Antonio Jiménez, un músico de 48 años, opinó que la gente debe “tener precaución en todo momento, sea aquí o en todo Madrid”.
España lucha con una carga acumulada de más de 700.000 casos de coronavirus. La preocupación se centra en Madrid y la región circundante, donde están ocurriendo más de un tercio de las nuevas infecciones. El número total de muertos desde el inicio de la pandemia llegó a 31.232 el viernes, de acuerdo con el Ministerio de Sanidad. Debido a las pruebas limitadas y casos no registrados, entre otros factores, las cifras no capturan el verdadero alcance del daño causado por el virus.
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