El ensayo, en colaboración con la Universidad de Oxford, ha recibido críticas por falta de transparencia en relación a dos casos de voluntarios que desarrollaron 'síntomas neurológicos sin explicación'.
La aparición de estos síntomas inesperados en dos mujeres que recibieron su vacuna experimental en Reino Unido obligó a la empresa a detener sus pruebas en dos ocasiones, la segunda a primeros de este mes.
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Según el informe, la primera participante desarrolló una inflamación de la médula espinal conocida como mielitis transversa tras recibir una dosis de la vacuna. La compañía informó del caso en julio.
Posteriormente se determinó que la mujer padecía una esclerosis múltiple que no le había sido diagnosticada y que no estaba relacionado con la vacuna, pues a menudo viene acompañado con mielitis transversa. Por lo tanto, los ensayos fueron reanudados.
La segunda participante, revela el documento, enfermó después de una segunda dosis de la vacuna, obligando a detener de nuevo los ensayos el pasado 6 de septiembre.
AstraZeneca afirmó que su diagnóstico no había sido confirmado, pero una fuente anónima familiarizada con la situación aseguró al periódico neoyorquino que la enfermedad había sido identificada como mielitis transversa.
En su informe, la empresa, con sede en Cambridge (Reino Unido), señaló que 'una revisión independiente' determinó que en ambos casos 'se consideró poco probable que estas enfermedades estuvieran asociadas con la vacuna, o bien que no había pruebas suficientes para decir con certeza que las enfermedades estaban relacionadas o no con la vacuna'.
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En Reino Unido, Brasil, India y Sudáfrica los ensayos se han reanudado, mientras en Estados Unidos siguen en pausa, según The New York Times. El medio asegura que esta vacuna experimental ya ha sido administrada a 18,000 personas en todo el mundo, aproximadamente.
Expertos señalan que la afección, aunque rara, es grave, por lo que la detección de dos casos entre miles de participantes parece mostrar 'un patrón peligroso', opina Mark Slifka, experto en vacunas de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregon (EU). La confirmación de un tercer caso sería motivo suficiente para detener la administración de las vacunas de AstraZeneca por completo, agregó.