GEORGIA, ESTADOS UNIDOS.- La modelo, Jennifer Barlow, perdió una de sus piernas a causa de una bacteria “carnívora” que habría adquirido durante un viaje que realizó a las Bahamas.
La joven de 33 años relató ante medios locales cómo pasó de ser una modelo con “un cuerpo perfecto” a perder una de sus extremidades.
Barlow detalló que comenzó a sentirse mal cuando ya retornaba de su viaje. Agregó que permaneció en cama por cuatro días y luego comenzó a notar que una de sus piernas empezaba a hincharse, y también a tornarse de un color rojo.
“Estaba muy inflamada, era al menos tres veces del tamaño de mi rodilla izquierda. Me dio mucho miedo”, expresó la joven.
Seguidamente, contó que decidió ir a un hospital para que la examinaran los médicos, estos la trataron como si tuviera un esguince en la rodilla, Por consiguiente, le suministraron medicamento y le indicaron que se fuera a su casa a descansar.
Barlow mencionó que no notó ningún cambio positivo, es más, señaló que solo veía que su pierna crecía más y más. Llegó un punto en el que se desmayó quedando inconsciente y su hermano tuvo que auxiliarla y movilizarla de nuevo a un centro hospitalario.
El cirujano, Jonathan Pollock, la atendió y terminó salvándole la vida. Inclusive, el médico señaló que “estaba muy preocupado de que ella no sobreviviera, debido a que su vida estaba en grave peligro”.
Infección severa
El experto explicó que la pierna de Jennifer estaba séptica, debido a una grave infección. “Esto la llevó a un shock séptico con consecuencias como fallas en los riñones y el hígado, además de tener que ser conectada a máquinas para mantener su presión sanguínea”.
Finalmente la mujer fue diagnosticada con fascitis necrosante, una infección provocada por una bacteria “carnívora”, según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades.
El tratamiento ante esta enfermedad es una cirugía radical y agresiva, que remueva todo el tejido dañado. Jennifer estuvo en coma por 10 días en los que se sometió a 12 cirugías. “Estaba asustada y confundida”, recordó la mujer de 33 años.
Jennifer ahora vive sin su pierna derecha, usa silla de ruedas y está volviendo a hacer tareas cotidianas. No pierde la esperanza de que surjan avances en la tecnología para poder utilizar una pierna prostética.