Nueva York, Estados Unidos
La organización tiene solo cinco empleados y ocupa una pequeña oficina en el edificio Empire State, pero sus ambiciones son enormes: responsabilizar al gobierno Trump y luchar contra la erosión de las normas democráticas en Estados Unidos.
Lejos de las ruidosas protestas callejeras y con el Congreso dividido, la organización Integridad Primero para Estados Unidos (IFA por sus siglas en inglés) encarna sin alardes un nuevo celo ciudadano que se extiende por Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump.
Financiada por donantes del Partido Demócrata, el grupo combina periodistas de investigación con abogados de alto vuelo. Combate a funcionarios electos que socavan los derechos fundamentales y lucha contra la erosión de las normas civiles, según su portavoz Brett Edkins.
Su creación subraya el clima liberal en Estados Unidos bajo Trump: los opositores políticos del presidente republicano, conmocionados por un triunfo que consideraban imposible, se preguntan cómo movilizar a la ciudadanía contra lo impensable.
Carteles que rezan 'Nosotros, el pueblo', las primeras tres palabras de la Constitución estadounidense, cuelgan en la sala de espera de IFA, compartida con un bufete de abogados.
Apenas meses después de su creación en el verano boreal pasado, el trabajo de IFA ya da frutos.
En octubre, presentó una demanda contra 25 supremacistas blancos y grupos de odio detrás de la violencia racial que sacudió al país en agosto pasado en Charlottesville, Virginia. La demanda fue presentada en nombre de 10 víctimas.
'El primer caso que presentamos es un ejemplo, no es contra políticos, es contra grupos resurgentes de racistas violentos', dijo Edkins, de 33 años.
La idea es lograr una mayor 'transparencia' sobre los grupos de extrema derecha, develando sus recursos y financiación, 'y asegurarnos de que el odio y la intolerancia no se conviertan en algo normal' aunque eso requiera años de pelea en los tribunales, sostuvo.
IFA trabaja ahora en una segunda investigación que espera anunciar en los próximos meses.
El grupo está estudiando 'a varios funcionarios públicos, desde el presidente Trump hacia abajo, y sus lazos financieros privados en el caso de Charlottesville', dijo Edkins, que espera que el tema tenga 'un gran impacto público en 2018'.
La negativa del primer presidente estadounidense que nunca ocupó un cargo gubernamental a desprenderse de su imperio inmobiliario enfureció a los demócratas, y alimentó sospechas de corrupción y acusaciones de conflictos de intereses.
Fondos de Silicon Valley
Aunque IFA es solo una de las organizaciones sin fines de lucro, de medios o políticas determinadas a enfrentar al gobierno, dice que su batalla va más allá de Trump.
'Recién ahora estamos viendo toda la debilidad de nuestra democracia', señaló J eff Pillets, de 57 años, un periodista de investigación que trabaja para IFA.
'De alguna manera, era inevitable. Si no hubiese sido Trump, hubiese sido otra persona', afirmó.
Como periodista, Pillets investigó los negocios de Jared Kushner, e l yerno de Trump y su consejero en la Casa Blanca.
Los integrantes de IFA 'se toman muy en serio lo que está sucediendo en este país. Están muy interesados en que este gobierno responda por sus actos', dijo Pillets.
La idea de crear una asociación aliada a un bufete de abogados nació del éxito de la American Foundation for Equal Rights (Fundación estadounidense para los derechos igualitarios). Ese grupo, creado bajo líneas similares en 2010, logró que California restaurase el matrimonio homosexual, dijo Edkins.
El tema era cómo financiarse.
'Nuestro dinero inicial vino de personas en Silicon Valley' y del cofundador de LinkedIn Reid Hoffman en particular, dice Monica Graham, directora del consejo de administración de IFA.
La empresaria, que donó ella misma un millón de dólares a la organización, pertenece a los Millonarios Patriotas, un grupo de personas de elevados ingresos que se reunieron por primera vez en 2010, preocupados por la concentración de riqueza y poder en el país.
Creada con un presupuesto de 2-3 millones de dólares en 2017, IFA busca nuevos donantes y contribuciones de ciudadanos comunes.
'Tengo que hacer la ronda y comenzar a pasar el sombrero, porque esta demanda contra los supremacistas blancos es realmente cara', dijo Graham riendo.
¿Y qué más depara el futuro para IFA? Nuevas ideas surgen cada semana, pero no todas conducen a profundas investigaciones.
'Hemos entrado en algunos laberintos sin salida', dice Graham. 'Tiene que ser algo que realmente esté poniendo en peligro nuestra democracia'.
La organización tiene solo cinco empleados y ocupa una pequeña oficina en el edificio Empire State, pero sus ambiciones son enormes: responsabilizar al gobierno Trump y luchar contra la erosión de las normas democráticas en Estados Unidos.
Lejos de las ruidosas protestas callejeras y con el Congreso dividido, la organización Integridad Primero para Estados Unidos (IFA por sus siglas en inglés) encarna sin alardes un nuevo celo ciudadano que se extiende por Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump.
Financiada por donantes del Partido Demócrata, el grupo combina periodistas de investigación con abogados de alto vuelo. Combate a funcionarios electos que socavan los derechos fundamentales y lucha contra la erosión de las normas civiles, según su portavoz Brett Edkins.
Su creación subraya el clima liberal en Estados Unidos bajo Trump: los opositores políticos del presidente republicano, conmocionados por un triunfo que consideraban imposible, se preguntan cómo movilizar a la ciudadanía contra lo impensable.
Carteles que rezan 'Nosotros, el pueblo', las primeras tres palabras de la Constitución estadounidense, cuelgan en la sala de espera de IFA, compartida con un bufete de abogados.
Apenas meses después de su creación en el verano boreal pasado, el trabajo de IFA ya da frutos.
En octubre, presentó una demanda contra 25 supremacistas blancos y grupos de odio detrás de la violencia racial que sacudió al país en agosto pasado en Charlottesville, Virginia. La demanda fue presentada en nombre de 10 víctimas.
'El primer caso que presentamos es un ejemplo, no es contra políticos, es contra grupos resurgentes de racistas violentos', dijo Edkins, de 33 años.
La idea es lograr una mayor 'transparencia' sobre los grupos de extrema derecha, develando sus recursos y financiación, 'y asegurarnos de que el odio y la intolerancia no se conviertan en algo normal' aunque eso requiera años de pelea en los tribunales, sostuvo.
IFA trabaja ahora en una segunda investigación que espera anunciar en los próximos meses.
El grupo está estudiando 'a varios funcionarios públicos, desde el presidente Trump hacia abajo, y sus lazos financieros privados en el caso de Charlottesville', dijo Edkins, que espera que el tema tenga 'un gran impacto público en 2018'.
La negativa del primer presidente estadounidense que nunca ocupó un cargo gubernamental a desprenderse de su imperio inmobiliario enfureció a los demócratas, y alimentó sospechas de corrupción y acusaciones de conflictos de intereses.
Fondos de Silicon Valley
Aunque IFA es solo una de las organizaciones sin fines de lucro, de medios o políticas determinadas a enfrentar al gobierno, dice que su batalla va más allá de Trump.
'Recién ahora estamos viendo toda la debilidad de nuestra democracia', señaló J eff Pillets, de 57 años, un periodista de investigación que trabaja para IFA.
'De alguna manera, era inevitable. Si no hubiese sido Trump, hubiese sido otra persona', afirmó.
Como periodista, Pillets investigó los negocios de Jared Kushner, e l yerno de Trump y su consejero en la Casa Blanca.
Los integrantes de IFA 'se toman muy en serio lo que está sucediendo en este país. Están muy interesados en que este gobierno responda por sus actos', dijo Pillets.
La idea de crear una asociación aliada a un bufete de abogados nació del éxito de la American Foundation for Equal Rights (Fundación estadounidense para los derechos igualitarios). Ese grupo, creado bajo líneas similares en 2010, logró que California restaurase el matrimonio homosexual, dijo Edkins.
El tema era cómo financiarse.
'Nuestro dinero inicial vino de personas en Silicon Valley' y del cofundador de LinkedIn Reid Hoffman en particular, dice Monica Graham, directora del consejo de administración de IFA.
La empresaria, que donó ella misma un millón de dólares a la organización, pertenece a los Millonarios Patriotas, un grupo de personas de elevados ingresos que se reunieron por primera vez en 2010, preocupados por la concentración de riqueza y poder en el país.
Creada con un presupuesto de 2-3 millones de dólares en 2017, IFA busca nuevos donantes y contribuciones de ciudadanos comunes.
'Tengo que hacer la ronda y comenzar a pasar el sombrero, porque esta demanda contra los supremacistas blancos es realmente cara', dijo Graham riendo.
¿Y qué más depara el futuro para IFA? Nuevas ideas surgen cada semana, pero no todas conducen a profundas investigaciones.
'Hemos entrado en algunos laberintos sin salida', dice Graham. 'Tiene que ser algo que realmente esté poniendo en peligro nuestra democracia'.
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