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La NASA lanzó su cohete más potente para llegar a la Luna

Cincuenta años han pasado desde el primer vuelo de prueba no tripulado hacia la luna, con esta nueva misión la NASA investigará si el vehículo es seguro para llevar a una futura tripulación
16.11.2022

FLORIDA, ESTADOS UNIDOS.- El cohete SLS de la NASA, el más potente jamás construido, despegó este miércoles desde Florida en medio de un ruido ensordecedor rumbo a la Luna, en la primera misión no tripulada del programa Artemis de la agencia espacial estadounidense.

El cohete se elevó con una gigantesca estela de fuego a las 01H47 hora local (06H47 GMT) desde el Centro Espacial Kennedy.

La NASA confirmó luego que la nave iba en rumbo correcto hacia la Luna y publicó las primeras imágenes tomadas por la cápsula de la Tierra que se alejaba lentamente detrás de ella.

“Lo que han hecho hoy inspirará a las generaciones venideras, ¡gracias!”, dijo Charlie Blackwell-Thompson, la primera mujer directora de lanzamiento de la NASA, al felicitar a sus compañeros de equipo.

El lanzamiento se produjo tras dos cancelaciones de último momento en los últimos meses, primero debido a problemas técnicos y luego los huracanas Ian y Nicole retrasaron el despegue por varias semanas.

“Este cohete ha costado mucho sudor y lágrimas”, dijo el martes el jefe de la NASA, Bill Nelson. “Nos permitirá volar a la Luna y volver durante décadas”, aseguró.

Al igual que en los dos anteriores intentos fallidos de despegue, la NASA tuvo dificultades para llenar el cohete con combustible criogénico (más de 2,7 millones de litros de hidrógeno y oxígeno líquidos).

Por la tarde se detectó una fuga de combustible de hidrógeno, altamente inflamable, en la base del cohete, lo que obligó a enviar a un equipo de técnicos a la plataforma de lanzamiento para repararla, deteniendo los preparativos durante una hora aproximadamente y provocando un ligero retraso en el programa original de despegue.

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De Apolo a Artemis

Cincuenta años después de la última misión Apolo, este vuelo de prueba no tripulado, que sobrevolará la Luna sin aterrizar en su superficie, busca confirmar si el vehículo es seguro para llevar a una futura tripulación.

El lanzamiento marca el gran comienzo del programa Artemis -la hermana gemela de Apolo-, que quiere enviar a la primera mujer y a la primera persona negra a la Luna.

El objetivo es establecer allí una presencia humana duradera, como preparación para un viaje a Marte.

La misión Artemis 1 está prevista para durar 25 días y le esperan todavía varias etapas delicadas

Inmediatamente después del despegue, los equipos del centro de control de Houston (Texas) relevaron a los técnicos. Al cabo de dos minutos, los dos propulsores blancos cayeron al océano Atlántico.

Tras ocho minutos, el piso principal se separó a su vez. A continuación, aproximadamente una hora y media después del despegue, un último impulso pondrá a la cápsula Orión rumbo a la Luna, a la que llegará en pocos días.

Allí, se situará en una órbita lejana durante aproximadamente una semana, aventurándose hasta 64.000 km detrás de la Luna, un récord para una cápsula habitable.

Por último, Orión iniciará su regreso a la Tierra, probando su escudo térmico, el más grande jamás construido. Al cruzar la atmósfera tendrá que soportar temperaturas la mitad de calientes que la superficie del Sol.

El aterrizaje en el océano Pacífico está previsto para el 11 de diciembre.

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Nueva era

Después del cohete Saturno V de las misiones Apolo y tras los transbordadores espaciales, el SLS (Space Launch System, Sistema de Lanzamiento Espacial) inaugura una nueva era de exploración humana, esta vez del espacio profundo.

En 2024, Artemis 2 llevará a los astronautas a la Luna, pero sin aterrizar. Ese honor estará reservado para la tripulación de Artemis 3, probablemente en 2025.

La NASA planea entonces una misión anual para construir una estación espacial en órbita alrededor de la Luna y una base en su polo sur.

El objetivo es probar allí nuevos equipamientos como trajes, vehículos, una minicentral eléctrica o probar el uso de agua helada in situ. Todo ello con vistas a establecer una presencia humana duradera.

Este experimento tiene el objetivo de preparar un vuelo tripulado a Marte, quizás a finales de la década de 2030. Este viaje, de una escala completamente diferente, tardaría al menos dos años en completarse.

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