Nuevo México, Estados Unidos
Herida de gravedad, una madre de Albuquerque luchó en vano por poner a salvo a sus tres hijos luego de que un hombre les disparara durante una disputa en la vivienda de la familia, en lo que la policía describió el martes como un acto violento y sin sentido.
Herida de gravedad, una madre de Albuquerque luchó en vano por poner a salvo a sus tres hijos luego de que un hombre les disparara durante una disputa en la vivienda de la familia, en lo que la policía describió el martes como un acto violento y sin sentido.
El jefe de policía Gorden Eden confirmó en conferencia de prensa que los niños, cuyas edades iban de los 5 a los 9 años, murieron baleados y que la madre permanece en condición crítica pero estable luego del incidente del lunes por la noche.
Eden destacó que la evidencia preliminar apunta a que la familia fue atacada por George Daniel Wechsler, de 45 años de edad, quien se cree mantuvo una breve relación con la madre de 36 años.
Los investigadores creen que Wechsler ingresó a la fuerza a la vivienda y esperó a que la familia llegara para dispararles. La policía señaló que el agresor había pedido ir a visitar a los niños para entregarles regalos de Navidad, pero que la madre no le otorgó permiso luego de varias llamadas e intentos de visita.
La madre le había pedido a Wechsler en repetidas ocasiones que se mantuviera alejado, de acuerdo con la policía.
El agresor fue encontrado el lunes inconsciente y con un disparo auto infligido y murió más tarde en el hospital, señaló la policía. De acuerdo a las autoridades, tenía un historial delictivo en el que se incluye un cargo agravado de lesiones con abuso y acoso.
El jefe policial dijo que la madre, pese a estar gravemente herida, luchó para proteger a sus hijos. Ella es el único testigo sobreviviente, señaló Eden, pero los investigadores no han podido interrogarla para intentar establecer un motivo y los eventos que derivaron en el tiroteo.
No se han dado a conocer los nombres de las víctimas hasta que se notifique a sus familiares.
El alcalde de Albuquerque, Richard Berry, pidió unidad a la ciudad, al describir el crimen como inimaginable y desconsolador.
'Es difícil no estar enojado. Es difícil no estar frustrado', afirmó durante la conferencia de prensa en el cuartel de policía.