PUERTO PRÍNCIPE, HAITÍ.- El nuevo primer ministro de Haití, Garry Conille, fue dado de alta este domingo después de haber sido internado la víspera en un hospital debido a molestias respiratorias, anunciaron a la AFP dos fuentes gubernamentales.
El estado de salud del dirigente es estable, según ambos informantes.
Este domingo por la tarde, Conille publicó un video en el que aparece de pie y habla ante la cámara. “Publico esta grabación para asegurarles que estoy bien”, dijo, y prometió que su gabinete ministerial estará completo esta semana.
De 58 años, el primer ministro fue hospitalizado el sábado por un “ataque de asma”, informó entonces una fuente oficial a la AFP.
“Tras una semana de intensas actividades”, el gobernante “se sintió ligeramente mal” el sábado por la tarde “y fue al hospital para recibir tratamiento”, aseguró, por su parte, esa noche la oficina de comunicación del funcionario en la red social X.
Conille fue nombrado la semana pasada primer ministro por el consejo de transición presidencial de Haití tras la renuncia en marzo de su predecesor, Ariel Henry, en medio de un aumento de la violencia de las pandillas en el país. Prestó juramento el lunes.
Médico de profesión, el político ya estuvo al frente del gobierno haitiano por seis meses, entre 2011 y 2012, y ejerció hasta hace poco como director regional del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Antes de su emergencia médica del sábado, Conille visitó el aeropuerto internacional de la capital, Puerto Príncipe, donde elogió a las fuerzas de seguridad por haber permitido la reanudación de los vuelos después de más de tres meses de interrupción debido a la violencia.
A finales de febrero, las pandillas lanzaron ataques coordinados contra sitios estratégicos en Puerto Príncipe, diciendo que querían derrocar a Henry.
Según las autoridades, la capital haitiana está en un 80% en manos de bandas criminales, acusadas de numerosos abusos, en particular asesinatos, violaciones, saqueos y secuestros extorsivos.
La población también se enfrenta a una grave crisis humanitaria, con escasez de alimentos, medicinas y otros bienes básicos.