Bogotá, Colombia
Cuesta entender porqué un prestigioso arquitecto, con el poder, el dinero y la galantería para conquistar cualquier mujer, desahoga sus impulsos carnales más oscuros en una indefensa niña de siete años y, no satisfecho, acaba con su vida.
Cuesta entender porqué un prestigioso arquitecto, con el poder, el dinero y la galantería para conquistar cualquier mujer, desahoga sus impulsos carnales más oscuros en una indefensa niña de siete años y, no satisfecho, acaba con su vida.
Pues para el padre de esta menor es todavía más incomprensible y ese vacío de inexplicable razones lo hunde más en dolor. Hablamos de Juvencio Samboní, el papá de Yuliana, la niña que fue abusada y asesinada en Colombia por el reconocido profesional de la arquitectura, Rafael Uribe Noguera.
Y si este grotesto caso ha despertado una indignación total en Colombia y Latinoamérica, para el padre de Yuliana es un pasillo tormentoso, ignoto y desgarrador sin salida.
¿Qué haría si tuviera a Rafael Uribe en frente?, le preguntó un periodista de la radio colombiana La W a Juvencino.
Tratando de contener el dolor como dagas que atraviesan el dolor y la rabia como un río que desborda en una tormenta, el padre de la menor ultrajada dejó correr sus sentimientos.
'¿¡Por qué fue tan desalmado de hacerle eso a mi hija¡? Ella no se merecía eso ¿Qué le había hecho mi hija?', expresó el progenitor.
Y recriminó, con justa razón: '¿Por qué él, teniendo tanta plata y quería violar, porque no se consiguió una mujer? El muy desgraciado fue abusar de mi hija'.
Yuliana fue raptada el pasado domingo 4 de diciembre de su humilde barrio Bosque Calderón por el arquitecto Rafael Uribe, quien la llevó a su apartamento, en el número 603 del edificio Equus 66, donde la ultrajó sexualmente, la torturó y luego la asesinó.
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Impacto emocional
Unos videos recientes ponen al descubierto los movimientos de Uribe ese día, lo que ayudan a demostrar que el acusado estaba en el pleno uso de sus facultades mentales y sus actos no fueron producto de una intoxicación por drogas, como hizo parecer su familia al principio.
Sin embargo, desenrredar la madeja de este caso es igualmente de doloroso para la familia de Yuliana.
'Uno como padre se siente impotente al ver ese video y no haberla podido auxiliar, es muy doloroso para mí como padre ver que ella trataba de salir', reveló Juvencio.
Aunque a Uribe lo acusan formalmente del secuestro, tortura y asesinato de la menor de siete años, la práctica de su 'macabro ritual' -como lo definió la Fiscalía de Colombia en la acusación- también puede costar la vida de otras dos personas, la madre de Yuliana y su hermanito que estaba por venir.
Embarazada, la mujer recibió la noticia del rapto de su pequeña. No pudo manejar el momento y fue hospitalizada.
“No la dejamos ver noticias, con nadie externo de la familia habla, todo esto es mejor para brindarle salud al bebé que tiene en su vientre”, confesó el padre.
Tan delicada es la situación que en su mundo la niña sigue con vida y el crimen no pasó de un rapto. ''Mi esposa no asimila la muerte de nuestra Yuliana'.
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Justicia
Ante el océano de evidencias que inculpan a Rafael Uribe de forma contundente -testimonios, videos, pruebas forenses y exámenes médicos-, de la boca del padre de Yuliana solo sale una palabra: justicia.
'Lo único que pido es que se haga justicia, todas las pruebas que hay contra ese señor y que este caso no vaya a quedar impune, como otros casos, porque se alargan los procesos', solicitó.
El dolido padre también exige la pena máxima contra el arquitecto, de quien se ha descubierto una extraña conducta de excesos en su juventud y vida privada.
Sin embargo, para la familia de la menor todavía queda un amargo sabor. Yuliana pudo salvarse. Alguien tuvo en sus manos el poder de evitar la tragedia.
'El vigilante (Fernando Merchán) pudo salvar la vida de mi niña pero él no colaboró con nadie ni con la empresa. La Policía queda a dos cuadras', reclamó.
En su lugar, se dedicó a proteger a Rafael Uribe y, después de conocerse que intentó bloquear el acceso al apartamento cuando lo pidieron sus hermanos, se suicidó.
El tiempo ya no tiene cabida para estos lamentos. Uribe, valiéndose de su poder, secuestró a Yuliana y la llevó a uno de sus apartamentos vacíos, donde la 'instrumentalizó' en un ritual macabro, según la Fiscalía de Colombia.
Aceite y un moño son algunos de los elementos que los agentes creen que el arquitecto usó como fetiche sexual.
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