NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS.- El pandillero salvadoreño Alexei Sáenz, uno de los líderes de los Sailors Locos Salvatruchas, una antena de la Mara Salvatrucha (MS-13) en el estado de Nueva York, se declaró culpable este miércoles ante la justicia estadounidense de haber participado en ocho asesinatos.
Entre las víctimas están las adolescentes Kayla Cuevas, de 16 años, y Nisa Mickens, de 15, estudiantes del instituto de Brentwood, asesinadas a machetazos y golpes de bate de béisbol el 13 de septiembre de 2016, que conmocionaron al país.
También conocido como “Blasty” y “Plaky”, Sáenz, de 29 años, conocerá su sentencia el próximo 31 de enero.
Originario de El Divisadero, en el departamento de Morazán en El Salvador, el pandillero puede pasar entre 40 y 70 años tras las rejas.
Asimismo, está acusado de otros tres intentos de asesinato, incendio provocado, tráfico de estupefacientes y delitos con armas de fuego.
Las autoridades estadounidenses dicen haber “diezmado” a la MS-13 en la localidad y de seguir trabajando “sin descanso para que cada uno de estos violentos pandilleros rinda cuentas por los delitos que ha cometido y los daños que ha causado”, aseguran en un comunicado.
Sáenz era el líder de la sección de los Sailors en la localidad de Brentwood/Central Islip, uno de los lugares de mayor implantación de las violentas pandillas salvadoreñas, “multinacionales del crimen” como las denominan las autoridades estadounidenses, en la costa este del país.
“Decir que las manos de Alexi Sáenz están empapadas de sangre no alcanza a describir los múltiples asesinatos y el caos extremo que dirigió y cometió personalmente en el lapso de un año en el condado de Suffolk”, declaró el fiscal federal Breon Peace.
“Aunque esos asesinatos y crímenes violentos tenían por objeto promover la sórdida misión de la MS-13, el acusado ha fracasado estrepitosamente”, concluye.
Los delitos de los que se ha declarado culpable Sáenz fueron perpetrados entre el 28 de enero de 2016 al 30 de enero del año siguiente.
Aún están pendientes los cargos contra su hermano, Jairo Sáenz, que según los fiscales era el segundo al mando en la pandilla local banda local.
En el modus operandi de las violentas pandillas, los miembros tienen que demostrar su fidelidad a la misma, so pena de ser ellos mismos víctimas de la violencia que ejercen, para poder ascender en el escalafón criminal.
La cúpula de la MS-13 tiene su base en El Salvador, Honduras, Guatemala y México, pero la banda cuenta con miles de miembros en todo Estados Unidos en numerosas ramificaciones o “clicas” que extienden sus tentáculos por el narcotráfico, el blanqueo de capitales y las organizaciones delictivas internacionales, según las autoridades locales.