Aunque los integrantes de la futura coalición pedían acelerar los tiempos para evitar sorpresas de última hora, el presidente del parlamento israelí, miembro del partido Likud de Netanyahu, utilizó casi al máximo el plazo de siete días para organizar la votación.
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'El debate y la votación sobre el nuevo gobierno se celebrarán el domingo 13 de junio en una sesión especial del parlamento', dijo este martes en un comunicado Yariv Levin, presidente de la Knéset, el parlamento israelí.
Los diputados deberán pronunciarse sobre la variopinta coalición formada in extremis el 2 de junio por el líder opositor Yair Lapid con dos partidos de izquierda, dos de centro, tres de derecha, entre ellos Yamina (nacionalistas radicales), y la formación árabe Raam (islamista).
Lapid, responsable del partido centrista Yesh Atid, elogió en un tuit el anuncio de Levin, añadiendo que el 'gobierno de unión está en marcha por el bien de los ciudadanos de Israel'.
Con integrantes tan diferentes, la orientación del gobierno, las condiciones de entrada y salida de la coalición, así como el reparto de carteras todavía están en estudio, pero deberían presentarse en un documento ante la Knéset antes del voto.
Por ahora está cerrada la rotación en el cargo de primer ministro: el líder del partido Yamina, Naftali Bennett, lo será hasta 2023 y lo cederá entonces a Lapid hasta 2025.
Esta coalición pondrá fin a dos años de crisis política en el país, en los que se han celebrado cuatro elecciones legislativas.
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También apartará del poder al más longevo primer ministro israelí, Netanyahu, con 15 años en total en el cargo (1996-1999 y desde 2009 hasta ahora).
Unidos contra Netanyahu y poco más
Unidos en su rechazo a Netanyahu, los miembros de la 'coalición del cambio' están separados en casi todo lo demás: la política económica, la colonización o la sensible cuestión de las relaciones entre Estado y religión.Uno de sus proyectos bandera es la aprobación de una ley que permita descartar definitivamente una nueva candidatura de Netanyahu, juzgado por fraude y corrupción en numerosos casos.
Más cerca de su fin que nunca, Netanyahu, de 71 años, multiplica los avisos y los ataques contra el nuevo gobierno, inquietando incluso a los servicios de seguridad israelíes.
La mayor preocupación es la controvertida 'Marcha de las banderas', un evento organizado por figuras de la extrema derecha y previsto inicialmente el jueves en Jerusalén Este, un sector palestino ocupado por Israel.
El recorrido de esta marcha, considerada una provocación por los palestinos, no fue aprobado por la policía y sus organizadores la suspendieron en un primer momento.
Pero según la prensa israelí, Netanyahu y miembros de su partido maniobran para mantener la manifestación pese a la reprobación del ministro de Defensa y los servicios de seguridad.
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Hamás advirtió de una nueva escalada si se mantenía la marcha en este sector, que ya originó la reciente guerra de once días entre Israel y este movimiento islamista en el poder en Gaza.