SAO PAULO, BRASIL.-Un pasajero que no logró subir al vuelo Voepass que se estrelló en Sao Paulo, Brasil, aseguró que haber discutido con uno de los empleados de la aerolínea le salvó la vida.
“Llegué temprano, esperé, esperé, esperé, y nada. Cuando eran las 11:00 en punto vine a buscar información aquí y entonces me dijeron: ‘Ya no te subes a este avión porque ya pasaste el límite de abordaje’”, comenzó contando el hombre sumamente acongojado por lo que había ocurrido con el avión.
“Entonces luché, incluso empujé un poco, le dije ‘déjame subir, tengo que irme en este avión’ y me dijo que no, puedo reprogramar tu boleto. Hombre, es una emoción tan grande, no sabes, estoy aquí temblando, solo Dios y yo estábamos conscientes de este momento”, dijo casi al borde de las lágrimas.
El hombre le da gracias a Dios por no ser parte de las 62 personas que murieron la mañana del viernes 9 de agosto en el fatídico hecho.
61 muertos tras la caída picada de avión en Brasil
Los 62 ocupantes de un avión que se estrelló este viernes en el sureste de Brasil murieron, informaron las autoridades, que investigan las posibles causas de su impresionante caída en picado sobre una zona residencial.
Voepass, la aerolínea que operaba el vuelo, informó que los “58 pasajeros y 4 tripulantes” que iban a bordo del aparato fallecieron.
La alcaldía de Vinhedo, localidad del interior del estado de Sao Paulo donde cayó el avión, así como el gobierno estatal, confirmaron que no hubo sobrevivientes.
La aeronave del constructor franco-italiano ATR viajaba de Cascavel, en el estado de Paraná (sur), al aeropuerto internacional de Guarulhos, en Sao Paulo.
El aparato se precipitó en una zona de casas, provocando el pánico de los vecinos.
Imágenes transmitidas por los medios locales mostraron un avión de gran porte cayendo en picado a gran velocidad.
En otras se podía ver una gran columna de humo subiendo desde el lugar del impacto, donde no hubo víctimas adicionales, según las autoridades.
De acuerdo con el sitio de seguimiento de vuelos Flight Radar 24, el avión voló durante casi una hora a 17.000 pies (5.180 metros) hasta que a las 13H21 locales (16H21 GMT) empezó a perder altitud y en apenas un minuto (16H22 GMT) tuvo una caída brusca hasta los 4.100 pies (1.250 metros).
El Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aeronáuticos de Brasil (Cenipa) abrió una investigación para determinar las causas del accidente.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, envió a uno de sus ministros al lugar y decretó tres días de luto nacional.