San José, Costa Rica
Un intenso debate desató en Costa Rica el retiro del presidente Luis Guillermo Solís de la Asamblea General de la ONU cuando el gobernante brasileño, Michel Temer, se aprestaba a pronunciar su discurso ante el foro.
El gobierno costarricense justificó el retiro del martes por los cuestionamientos en torno a la forma en que Temer alcanzó el poder en Brasil, tras la destitución de la mandataria Dilma Rousseff en una votación del Senado.
La acción de Solís generó una reacción inmediata de la Asamblea Legislativa, que aprobó una moción para convocar al canciller Manuel González a explicar la acción.
'Los actos del presidente Solís no representan las normas que han caracterizado la política exterior de Costa Rica', opinó la diputada Maureen Clarke, del opositor Partido Liberación Nacional, al defender la legitimidad del proceso político brasileño.
Comentaristas en medios electrónicos y redes sociales cuestionaron que el país centroamericano se alineó con los gobiernos de izquierda latinoamericanos, como Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Bolivia, cuyos representantes también se retiraron de la sesión ante el discurso de Temer, mientras otros defendieron su actuación por considerar legítimo al nuevo gobierno brasileño.
El canciller González replicó en las redes sociales que 'es oportuno tener claro que la Administración Solís no ha tenido ni tiene ningún interés en incluir a Costa Rica en el ALBA', la Alianza Boliviariana de los Pueblos de América, que agrupa a los gobiernos de izquierda en la región.
El embajador de Brasil en San José, Fernando Jacques de Magalhaes, dijo al diario local La Nación que su gobierno convocó al embajador costarricense en Brasilia, Jairo Valverde, para aclarar la posición del país centroamericano.
'Nuestra decisión, soberana e individual, de no escuchar el mensaje del señor Michel Temer en la Asamblea General, obedece a nuestra duda de que ante ciertas actitudes y actuaciones, se quiera aleccionar sobre prácticas democráticas', expresó la cancillería costarricense en un comunicado.
Un intenso debate desató en Costa Rica el retiro del presidente Luis Guillermo Solís de la Asamblea General de la ONU cuando el gobernante brasileño, Michel Temer, se aprestaba a pronunciar su discurso ante el foro.
El gobierno costarricense justificó el retiro del martes por los cuestionamientos en torno a la forma en que Temer alcanzó el poder en Brasil, tras la destitución de la mandataria Dilma Rousseff en una votación del Senado.
La acción de Solís generó una reacción inmediata de la Asamblea Legislativa, que aprobó una moción para convocar al canciller Manuel González a explicar la acción.
'Los actos del presidente Solís no representan las normas que han caracterizado la política exterior de Costa Rica', opinó la diputada Maureen Clarke, del opositor Partido Liberación Nacional, al defender la legitimidad del proceso político brasileño.
Comentaristas en medios electrónicos y redes sociales cuestionaron que el país centroamericano se alineó con los gobiernos de izquierda latinoamericanos, como Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Bolivia, cuyos representantes también se retiraron de la sesión ante el discurso de Temer, mientras otros defendieron su actuación por considerar legítimo al nuevo gobierno brasileño.
El canciller González replicó en las redes sociales que 'es oportuno tener claro que la Administración Solís no ha tenido ni tiene ningún interés en incluir a Costa Rica en el ALBA', la Alianza Boliviariana de los Pueblos de América, que agrupa a los gobiernos de izquierda en la región.
El embajador de Brasil en San José, Fernando Jacques de Magalhaes, dijo al diario local La Nación que su gobierno convocó al embajador costarricense en Brasilia, Jairo Valverde, para aclarar la posición del país centroamericano.
'Nuestra decisión, soberana e individual, de no escuchar el mensaje del señor Michel Temer en la Asamblea General, obedece a nuestra duda de que ante ciertas actitudes y actuaciones, se quiera aleccionar sobre prácticas democráticas', expresó la cancillería costarricense en un comunicado.