Vestidos de blanco y sobre tapetes de yoga, los más de 100 participantes, provenientes de Ciudad Juárez y de la estadounidense El Paso, Texas, meditaron e hicieron distintos ejercicios, al borde del río Bravo y cerca del Puente Internacional Paso del Norte-Santa Fe.
'Este lugar ha sido como el medio donde se cruzan personas para una mejor vida. (Con esta práctica) hay un sentido de una profunda armonía, sobre todo de generar paz porque muchas familias viven con temor', dijo Mauricio Rivera, coordinador de la práctica, a la AFP.
'Ese sentido de armonía, de amor, de unión, muestra un cambio para hacerle saber a ambos pueblos que somos familias de bien y que somos más los que queremos generar ese bien', añadió Rivera.
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'Somos una gran ciudad, Juárez-El Paso, y no hay muro que nos detenga, sino al contrario, hay familias que nos unen en ambos lados de la frontera', dijo.
Agentes de la policía local y también de la Guardia Nacional mexicana, que vigila los límites de la frontera con Estados Unidos, observaron desde lejos la práctica de los habitantes fronterizos que buscaron transmitir paz a un lugar que representa miedo y peligro para muchos migrantes.
Algunos de los participantes manifestaron su satisfacción por compartir una actividad de paz en un lugar donde cientos de personas han vivido situaciones difíciles.
'Nuestros paisanos cruzan tratando de buscar una oportunidad al otro lado, y no siempre encuentran las cosas fáciles (...) me encantó la idea de traer esta paz y esta energía positiva a este punto precisamente', dijo Sandra Sánchez, ingeniera de sistemas, tras culminar la sesión.
La migración indocumentada, procedente principalmente de Centroamérica y que cruza territorio mexicano para ingresar a Estados Unidos, se ha incrementado desde finales del año pasado generando un aumento de las tensiones diplomáticas y comerciales entre Washington y México.