El expresidente catalán Carles Puigdemont y cuatro de sus exministros se entregaron el domingo a las autoridades en Bélgica para comenzar el proceso de su posible extradición a España. Gilles Dejemeppe, portavoz de la fiscalía de Bruselas, informó que los cinco se presentaron por voluntad propia ante la policía federal y que estaban bajo custodia desde las 9 de la mañana.
Dejemeppe precisó que no han sido arrestados y que un juez investigador escuchará a los cinco catalanes el domingo por la tarde. El juez deberá decidir en un plazo de 24 horas cuáles son los pasos a seguir. La decisión podría variar ampliamente, desde el arresto o detención hasta la liberación condicional.
Expertos jurídicos consultados por The Associated Press estiman que todo el proceso de extradición, incluso cualquier apelación, tardaría hasta dos meses, hasta que Puigdemont pueda ser enviado de vuelta a España.
La demora podría darle a Puigdemont tiempo para influir, aunque sea a distancia, en las elecciones regionales convocadas para Cataluña para el 21 de diciembre.
Mientras tanto, las autoridades belgas estudian las órdenes de arresto emitidas por España contra Puigdemont y sus ministros, quienes huyeron a Bélgica esta semana tras ser destituidos por las autoridades españolas en represalia por haber declarado la independencia de Cataluña.
En Cataluña, activistas erigían carteles a favor de la independencia y de la liberación de los líderes separatistas encarcelados. La principal organización separatista, la Asamblea Nacional Catalana (ANC), organizó la movilización del domino y llamó a una huelga para el miércoles y a una protesta para el sábado.
Agusti Alcoberro, vicepresidente de la ANC, expresó esperanzas de que todos participen en la marcha y dijo que su agrupación está considerando la posibilidad de organizar una marcha en Bruselas para el 6 de diciembre.
Una jueza de la Audiencia Nacional de España emitió el viernes las órdenes de arresto por sospecha de sedición, rebelión y malversación contra funcionarios catalanes cesados, un día después de haber enviado a la cárcel a otros ocho ex miembros del gobierno autónomo catalán, sin derecho fianza, mientras prosigue con la investigación. Un noveno pasó la noche en la cárcel y fue dejado en libertad previo pago de fianza.
Mientras Puigdemont continúa en Bruselas, en Cataluña los partidos ya han empezado a prepararse para una campaña que probablemente será sumamente amarga, pero decisiva en medio de la peor crisis institucional de España en casi cuatro décadas.
Los partidos a favor de permanecer en España quieren recuperar el control del Parlamento regional, mientras los partidos separatistas evalúan la posibilidad de forjar una gran alianza.
Los partidos tienen hasta el martes para registrarse como parte de una coalición o de lo contrario tienen que competir por su cuenta. Puigdemont expresó su opinión el sábado, en respaldo de la intención de su partido, el Partido Democrático de Cataluña, para formar una coalición favorable a la secesión.
Mientras, un sondeo de opinión publicado el domingo por el diario barcelonés La Vanguardia prevé una contienda cerrada entre los partidos los que están a favor y en contra de separarse de España.
La encuesta prevé que los partidos que están a favor de la secesión podrían ganar de 66 a 69 asientos en el Parlamento regional en las elecciones del 21 de diciembre. Hace dos años ganaron 72, y para obtener mayoría se necesitan 68.