CALIFORNIA, ESTADOS UNIDOS.- California se convertirá en el primer estado en pagar para que algunos adultos que viven sin autorización en
Estados Unidos tengan acceso completo a los servicios de salud, con lo que siguió distanciándose del gobierno del presidente Donald Trump.
Los demócratas en la legislatura estatal llegaron a un acuerdo el domingo por la tarde como parte de un plan más amplio para gastar 213,000 millones de dólares de fondos de los impuestos estatales y federales a lo largo del año próximo. Con el acuerdo, los adultos de bajos ingresos de entre 19 y 25 años que viven en California sin autorización podrían tener acceso al Medicaid, el programa conjunto de las autoridades estatales y federales para los pobres y los discapacitados.
No todas las personas de esas edades obtendrían prestaciones de salud, sino únicamente aquellos cuyos ingresos sean lo suficientemente bajos como para ser aceptados en el programa. Las autoridades estatales calculan que se trata de alrededor de 90,000 personas, a un costo de 98 millones de dólares anuales.
La medida forma parte de un esfuerzo mayor por parte de California para asegurarse de que todos cuenten con un seguro de salud. La propuesta también convierte al estado en el primero del país en ayudar a las familias con ingresos intermedios a pagar sus primas mensuales de seguros médicos. Esto significa que una familia de cuatro integrantes cuyos ingresos son seis veces mayores al nivel federal de pobreza -o más de 150,000 dólares anuales- sería elegible para obtener alrededor de 100 dólares al mes del gobierno para ayudar a pagar sus primas mensuales de seguro médico.
Pero para pagar parte de ello, el estado comenzará a cobrar un impuesto a quienes no tienen un seguro médico. Es la reactivación de la sanción obligatoria individual que estaba incluida en la ley nacional de salud del presidente Barack Obama hasta que los republicanos en el Congreso la eliminaron como parte de su reforma de 2017 al código fiscal.
Aún falta que el pleno de la legislatura estatal apruebe el acuerdo presupuestario. La ley del estado requiere que los legisladores acuerden un presupuesto antes de la medianoche del 15 de junio. De no hacerlo, los legisladores perderían su salario.
Las propuestas de servicios de salud son un triunfo para el gobernador demócrata Gavin Newsom, quien presentó ambos planes. Varios legisladores en el Congreso estatal de mayoría demócrata querían ampliar aún más la cobertura de salud a todos los adultos que viven sin autorización en California. Pero Newsom, en su primer periodo al frente del estado, se opuso con el argumento de que el costo sería de 3,400 millones de dólares.
Newsom no obtuvo todo lo que quería. Los activistas aseguran que más de un millón de personas en California no tienen acceso a agua potable segura. El gobernador había propuesto un impuesto de 95 centavos a la mayoría de las cuentas de agua residencial, así como cuotas a las granjas lecheras, de animales y vendedores de fertilizantes, para ayudar a los distritos hídricos a financiar las mejoras e impulsar el abastecimiento.
Los legisladores rechazaron el impuesto con el argumento de que sería muy oneroso en un año en el que se proyecta que el estado tenga un superávit de 21,500 millones de dólares, el más grande para California en cuando menos 20 años.
Los demócratas en la legislatura estatal llegaron a un acuerdo el domingo por la tarde como parte de un plan más amplio para gastar 213,000 millones de dólares de fondos de los impuestos estatales y federales a lo largo del año próximo. Con el acuerdo, los adultos de bajos ingresos de entre 19 y 25 años que viven en California sin autorización podrían tener acceso al Medicaid, el programa conjunto de las autoridades estatales y federales para los pobres y los discapacitados.
No todas las personas de esas edades obtendrían prestaciones de salud, sino únicamente aquellos cuyos ingresos sean lo suficientemente bajos como para ser aceptados en el programa. Las autoridades estatales calculan que se trata de alrededor de 90,000 personas, a un costo de 98 millones de dólares anuales.
La medida forma parte de un esfuerzo mayor por parte de California para asegurarse de que todos cuenten con un seguro de salud. La propuesta también convierte al estado en el primero del país en ayudar a las familias con ingresos intermedios a pagar sus primas mensuales de seguros médicos. Esto significa que una familia de cuatro integrantes cuyos ingresos son seis veces mayores al nivel federal de pobreza -o más de 150,000 dólares anuales- sería elegible para obtener alrededor de 100 dólares al mes del gobierno para ayudar a pagar sus primas mensuales de seguro médico.
Pero para pagar parte de ello, el estado comenzará a cobrar un impuesto a quienes no tienen un seguro médico. Es la reactivación de la sanción obligatoria individual que estaba incluida en la ley nacional de salud del presidente Barack Obama hasta que los republicanos en el Congreso la eliminaron como parte de su reforma de 2017 al código fiscal.
Aún falta que el pleno de la legislatura estatal apruebe el acuerdo presupuestario. La ley del estado requiere que los legisladores acuerden un presupuesto antes de la medianoche del 15 de junio. De no hacerlo, los legisladores perderían su salario.
Las propuestas de servicios de salud son un triunfo para el gobernador demócrata Gavin Newsom, quien presentó ambos planes. Varios legisladores en el Congreso estatal de mayoría demócrata querían ampliar aún más la cobertura de salud a todos los adultos que viven sin autorización en California. Pero Newsom, en su primer periodo al frente del estado, se opuso con el argumento de que el costo sería de 3,400 millones de dólares.
Newsom no obtuvo todo lo que quería. Los activistas aseguran que más de un millón de personas en California no tienen acceso a agua potable segura. El gobernador había propuesto un impuesto de 95 centavos a la mayoría de las cuentas de agua residencial, así como cuotas a las granjas lecheras, de animales y vendedores de fertilizantes, para ayudar a los distritos hídricos a financiar las mejoras e impulsar el abastecimiento.
Los legisladores rechazaron el impuesto con el argumento de que sería muy oneroso en un año en el que se proyecta que el estado tenga un superávit de 21,500 millones de dólares, el más grande para California en cuando menos 20 años.