BOGOTÁ, COLOMBIA.- Mónica Vega estaba en el séptimo mes de embarazo cuando los especialistas le detectaron algo inusual: su bebé tenía algo extraño dentro.
Al hacerle una radiografía notaron que el feto tenía dos cordones umbilicales, uno de la madre hacia la niña y un segundo cordón que conectaba a otro cuerpo en su interior.
Es decir, que la bebé estaba embarazada, pues el cordón tenía líquido amniótico a su alrededor.
Al inicio los especialistas dijeron que se trataba de un 'gemelo parásito' o 'fets in fetu', pero la bebé tenía el feto dentro, luego no quisieron dar mayores detalles hasta que la madre estuviera en la semana 40 para el nacimiento.
Los estudios revelaban que el 'subfeto' no tenía corazón ni cerebro y que absorbía la comida de su hermana.
La bebé nació a las 37 semanas y 24 horas después fue sometida a una cesárea, de lo contrario el feto seguiría creciendo y afectaría su sistema.
Al hacerle una radiografía notaron que el feto tenía dos cordones umbilicales, uno de la madre hacia la niña y un segundo cordón que conectaba a otro cuerpo en su interior.
Es decir, que la bebé estaba embarazada, pues el cordón tenía líquido amniótico a su alrededor.
Al inicio los especialistas dijeron que se trataba de un 'gemelo parásito' o 'fets in fetu', pero la bebé tenía el feto dentro, luego no quisieron dar mayores detalles hasta que la madre estuviera en la semana 40 para el nacimiento.
Los estudios revelaban que el 'subfeto' no tenía corazón ni cerebro y que absorbía la comida de su hermana.
La bebé nació a las 37 semanas y 24 horas después fue sometida a una cesárea, de lo contrario el feto seguiría creciendo y afectaría su sistema.