'Somos la jaula de Estados Unidos, imposibilitados a salir de nuestros propios países por causa que las restricciones impuestas y aceptadas por los gobiernos' de esos tres países, dijo en conferencia de prensa el sacerdote Mauro Verzeletti, director de la Casa del Migrante en Guatemala, entidad adscrita a la Iglesia católica.
Verzeletti fustigó a los presidentes de Guatemala, Honduras y El Salvador - que forman el llamado Triángulo Norte de Centroamérica- por aceptar los acuerdos que asegura los convertirán en 'tercer país seguro' para la acogida de inmigrantes que busquen asilo en Estados Unidos.
'Nos preocupa la respuesta tan servil y humillante de los gobiernos del Norte de Centroamérica a (el presidente estadounidense) Donald Trump', agregó el activista.
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Guatemala firmó en julio pasado el acuerdo migratorio con Estados Unidos y luego le siguieron El Salvador y Honduras. Aunque los tres gobiernos rechazan que se trate de pactos de 'tercer país seguro', activistas han denunciado que los acuerdos tienen esas característica.
Carlos Woltke, defensor en materia migratoria de la Procuraduría de los Derechos Humanos, consideró que la intención de Estados Unidos 'es confinar' a los migrantes en el norte de Centroamérica para evitar que crucen a México y lleguen a su frontera.
Agregó que los acuerdos, que aún no han cobrado vigencia, también obedecen a la coyuntura electoral en Estados Unidos donde Trump busca ser reelecto.
'Aquí solo hay políticas y discursos demagógicos de gobiernos títeres a políticas antiinmigratorias dictadas desde el norte', declaró por su lado el sacerdote Juan Luis Carvajal, secretario ejecutivo de la Pastoral de Movilidad Humana.
Carvajal indicó que la región no cuenta con las condiciones sociales y de logística adecuadas para atender los trámites de asilo, e instó a los tres países a atender de forma integral la pobreza y violencia que empujan la emigración.
Los activistas también criticaron duramente al gobierno mexicano que militarizó su frontera con Guatemala para contener a los migrantes tras presiones de Trump, irritado por la salida de caravanas masivas de centroamericanos que provocaron una crisis en octubre del año pasado.