Brasilia, Brasil
La presidenta brasileña Dilma Rousseff arranca este miércoles una carrera contrarreloj para reconstruir una nueva coalición en el Congreso que impida su destitución, mientras el PMDB, su mayor aliado ahora convertido en rival, busca minarle el terreno.
El centrista Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) del vicepresidente Michel Temer, primero en la línea de sucesión si cae Rousseff, oficializó el martes la ruptura de la alianza con el Partido de los Trabajadores (PT) y su apoyo abierto al impeachment.
'Algunos ya dicen internamente que se trata de una nueva fase del gobierno, en que sale un aliado de vieja data y se mantienen otros aliados', dijo a periodistas el jefe del gabinete personal de la mandataria, Jaques Wagner.
Rousseff canceló el viaje que tenía previsto esta semana a Washington -donde participaría de una cumbre sobre seguridad nuclear- y se enclaustrará en el palacio presidencial de Planalto para negociar los cargos que quedarán vacantes.
Pero el PMDB, en alianza con el opositor socialdemócrata PSDB, arrancan en paralelo a ofrecer ministerios y puestos en un eventual gobierno de Temer.
'Al salir el PMDB quedarán disponibles siete ministerios para negociar la base del gobierno, sólo que el problema es que el PMDB y el PSDB también están en esa negociación', explicó a la AFP Michael Mohallen, doctor en derecho público y derechos humanos y profesor de la universidad privada FGV en Rio de Janeiro.
Pequeño margen
Tanto Rousseff como su predecesor Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010) y el resto del gobierno denuncian el impeachment como una tentativa de ' golpe de estado' institucional, sin bases jurídicas.
El PT llamó a manifestaciones de protesta el jueves, mientras se prepara para la lucha por los votos en el Congreso.
La estrategia debe cambiar con la salida del PMDB de la coalición. El objetivo es ganar ahora la votación en la cámara de Diputados, donde ningún partido está cerca de tener el control. En el senado, Temer tiene más fuerza.
Con la salida del PMDB, que tiene 69 de los 513 diputados, la base aliada al gobierno cuenta con 216 legisladores, 58 del PT.
'Tenemos que monitorear cómo (esa decisión de ruptura del PMDB) impacta en la bancada de la Cámara de Diputados. Ciertamente habrá un impacto, nuestra expectativa es que sea reducido', dijo a la AFP Alfonso Florence, líder del gobierno en la Cámara.
En una eventual votación, que se estima será en abril, el PT necesita 172 votos para parar el impeachment. Se aprobaría con una mayoría de dos tercios (342 diputados) de la cámara baja y más de la mitad del Senado.
El margen es pequeño por lo que las negociaciones para la conformación del nuevo gobierno serán tan importantes. Ministerios y cargos serán ofrecidos a los partidos leales a cambio de su voto en el plenario.
'Cuando el mayor partido aliado del gobierno desembarca, surge la pregunta: ¿quién se queda? Algunos pueden quedarse un tiempo, pero tienen en algún punto que pensar en el futuro (...) Otros aprovechan para quedarse y lucrar en este momento antes de salir', explicó el politólogo de la Universidad Nacional de Brasilia (UNB), Everaldo Moraes.
El Partido Progresista (PP), otro aliado de peso del PT que cuenta con 49 diputados y un ministro, decide este miércoles si permanece en el gobierno.
Su salida representaría una herida casi letal para la impopular mandataria de izquierda, que enfrenta una severa crisis que se alimenta de los escándalos de corrupción de la estatal Petrobras y de una recesión de dimensión histórica, a poco más de cuatro meses de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro (del 5 al 20 de agosto).
Rousseff llamó a Lula, investigado en el caso Petrobras, para integrar el gobierno como jefe de gabinete para principalmente reconstruir los puentes que construyó cuando estaba en el poder, que Rousseff no supo mantener.
Pero su designación fue bloqueada en la justicia y el líder de izquierda ha venido actuando tras bastidores.
Según medios de prensa, Lula se reunió con líderes del PP y otros partidos para ofrecerles ministerios y cargos dentro del gobierno a cambio de su apoyo crucial.
La presidenta brasileña Dilma Rousseff arranca este miércoles una carrera contrarreloj para reconstruir una nueva coalición en el Congreso que impida su destitución, mientras el PMDB, su mayor aliado ahora convertido en rival, busca minarle el terreno.
El centrista Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) del vicepresidente Michel Temer, primero en la línea de sucesión si cae Rousseff, oficializó el martes la ruptura de la alianza con el Partido de los Trabajadores (PT) y su apoyo abierto al impeachment.
'Algunos ya dicen internamente que se trata de una nueva fase del gobierno, en que sale un aliado de vieja data y se mantienen otros aliados', dijo a periodistas el jefe del gabinete personal de la mandataria, Jaques Wagner.
Rousseff canceló el viaje que tenía previsto esta semana a Washington -donde participaría de una cumbre sobre seguridad nuclear- y se enclaustrará en el palacio presidencial de Planalto para negociar los cargos que quedarán vacantes.
Pero el PMDB, en alianza con el opositor socialdemócrata PSDB, arrancan en paralelo a ofrecer ministerios y puestos en un eventual gobierno de Temer.
'Al salir el PMDB quedarán disponibles siete ministerios para negociar la base del gobierno, sólo que el problema es que el PMDB y el PSDB también están en esa negociación', explicó a la AFP Michael Mohallen, doctor en derecho público y derechos humanos y profesor de la universidad privada FGV en Rio de Janeiro.
Pequeño margen
Tanto Rousseff como su predecesor Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010) y el resto del gobierno denuncian el impeachment como una tentativa de ' golpe de estado' institucional, sin bases jurídicas.
El PT llamó a manifestaciones de protesta el jueves, mientras se prepara para la lucha por los votos en el Congreso.
La estrategia debe cambiar con la salida del PMDB de la coalición. El objetivo es ganar ahora la votación en la cámara de Diputados, donde ningún partido está cerca de tener el control. En el senado, Temer tiene más fuerza.
Con la salida del PMDB, que tiene 69 de los 513 diputados, la base aliada al gobierno cuenta con 216 legisladores, 58 del PT.
'Tenemos que monitorear cómo (esa decisión de ruptura del PMDB) impacta en la bancada de la Cámara de Diputados. Ciertamente habrá un impacto, nuestra expectativa es que sea reducido', dijo a la AFP Alfonso Florence, líder del gobierno en la Cámara.
En una eventual votación, que se estima será en abril, el PT necesita 172 votos para parar el impeachment. Se aprobaría con una mayoría de dos tercios (342 diputados) de la cámara baja y más de la mitad del Senado.
El margen es pequeño por lo que las negociaciones para la conformación del nuevo gobierno serán tan importantes. Ministerios y cargos serán ofrecidos a los partidos leales a cambio de su voto en el plenario.
'Cuando el mayor partido aliado del gobierno desembarca, surge la pregunta: ¿quién se queda? Algunos pueden quedarse un tiempo, pero tienen en algún punto que pensar en el futuro (...) Otros aprovechan para quedarse y lucrar en este momento antes de salir', explicó el politólogo de la Universidad Nacional de Brasilia (UNB), Everaldo Moraes.
El Partido Progresista (PP), otro aliado de peso del PT que cuenta con 49 diputados y un ministro, decide este miércoles si permanece en el gobierno.
Su salida representaría una herida casi letal para la impopular mandataria de izquierda, que enfrenta una severa crisis que se alimenta de los escándalos de corrupción de la estatal Petrobras y de una recesión de dimensión histórica, a poco más de cuatro meses de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro (del 5 al 20 de agosto).
Rousseff llamó a Lula, investigado en el caso Petrobras, para integrar el gobierno como jefe de gabinete para principalmente reconstruir los puentes que construyó cuando estaba en el poder, que Rousseff no supo mantener.
Pero su designación fue bloqueada en la justicia y el líder de izquierda ha venido actuando tras bastidores.
Según medios de prensa, Lula se reunió con líderes del PP y otros partidos para ofrecerles ministerios y cargos dentro del gobierno a cambio de su apoyo crucial.