Washington, Estados Unidos.- Una de las propuestas más firmes de Donald Trump es la implementación de “deportaciones masivas”, una política que marcó su primer mandato y que impulsó con órdenes como la construcción del muro fronterizo.
Desde que los resultados preliminares de las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2024 comenzaron a indicar el posible regreso de Trump al poder, el temor y la incertidumbre invadieron tanto a los inmigrantes que residen en el país norteamericano como a aquellos que sueñan con ingresar.
El posible triunfo de Trump plantea un futuro incierto para los migrantes. Tanto sus propuestas como las de su equipo dejan interrogantes sobre cómo se ejecutaría la deportación de los cerca de 11 millones de personas que se estima están en el país de manera irregular.
¿Cómo identificarían a los migrantes?, ¿dónde serían detenidos? Trump ha expresado su intención de invocar la Ley de Enemigos Extranjeros, una legislación de 1798 que rara vez se ha utilizado y que permite al presidente deportar a cualquier no ciudadano de un país con el que Estados Unidos esté en guerra.
Otra de las medidas anunciadas por Trump incluye el despliegue de la Guardia Nacional, una fuerza militar encargada de la vigilancia de las costas y el espacio aéreo marítimo, como parte de sus esfuerzos por controlar la migración.
Además, algunos expertos creen que Trump iniciaría su estrategia de inmigración en la frontera, donde ya se encuentran varios migrantes intentando ingresar al país, aunque con el temor de quedar atrapados.
El mandatario también podría presionar al gobierno mexicano para que continúe reteniendo a los migrantes en su territorio, impidiendo que crucen la frontera estadounidense.
Los solicitantes de asilo podrían verse obligados a permanecer en México mientras esperan sus audiencias en tribunales de inmigración en Estados Unidos, una política que ya se ha implementado en el pasado y que podría ser retomada.