Ante la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes acudieron el teniente coronel del ejército Alexander Vindman, adscrito al Consejo de Seguridad Nacional y Jennifer Williams, parte del equipo asesor del vicepresidente Mike Pence.
El proceso se centra en denuncias de que Trump presionó a Ucrania para que investigue a sus adversarios políticos.
“Lo que yo escuché fue inapropiado”, dijo Vindman ante el panel.
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Agregó Williams: “Me pareció inusual esa llamada del 25 de julio porque, a diferencia de otras llamadas presidenciales que he escuchado, involucraba una discusión sobre lo que parecía ser un tema de política interna”.
Vindman, un oficial militar de 20 años de veteranía que llegó con uniforme de gala y el pecho cubierto de medallas, dijo que hablaba “debido a mi sentido del deber”.
Añadió que las denuncias “tienen importantes implicaciones de seguridad nacional para nuestro país”.
Vindman, quien fue traído de Ucrania por sus padres cuando era un pequeño, se expresó agradecido de vivir en un país donde él puede hacer denuncias contra el gobierno, algo que no se permite en muchas otras partes del mundo.
Se expresó agradecido “por el privilegio de ser un ciudadano estadounidense y servidor público, “donde puedo vivir sin temor por la seguridad mía o de mi familia”.
En el público estaba su hermano gemelo, quien también trabaja en el Consejo de Seguridad Nacional y una de las personas a las que Vindman le confesó sus inquietudes sobre las acciones de Trump.
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En palabras dirigidas a su padre ahora fallecido, Vindman declaró: “No te preocupes, estaré bien siempre que diga la verdad”.
Williams, funcionaria de carrera en el Departamento de Estado que ha trabajado para tres presidentes, dijo que la llamada telefónica es la primera en que escuchó mencionar temas ucranianos.
“La referencia a Biden sonó como algo político”, expresó Williams. Añadió que le pareció “inusual” la llamada porque las referencias sobre Joe Biden y su hijo Hunter “me parecieron de naturaleza política”.
Al declarar abierta la sesión, el presidente de la comisión, el demócrata Adam Schiff, señaló que Trump había tuiteado ataques contra Williams durante el fin de semana y que Vindman ha sido víctima de ofensas y diatribas por parte de los aliados del mandatario.
Schiff, quien anteriormente había advertido que tal conducta podría considerarse intimidación de testigos, recordó que los testigos “están aquí porque fueron citados a venir, no porque están a favor o en contra de una impugnación. Eso le compete al Congreso”.
El republicano de mayor rango en la comisión, David Nunes, trató de presionar a los testigos a que divulguen el nombre del denunciante cuya queja detonó el proceso contra Trump.
Nunes preguntó a los testigos a quiénes más habían reportado sus inquietudes, insistiendo más cuando Vindman reconoció que se trató de alguien de las agencias de inteligencia.
“Yo no sé quién es el denunciante”, afirmó Vindman, quien ya anteriormente había dicho que no era él.
Insistió Nunes: “Usted puede acogerse a la Quinta Enmienda, pero usted está aquí para responder preguntas”.
“Esta audiencia no será usada para revelar la identidad del denunciante”, sentenció Schiff.
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En cierto momento cuando Nunes se dirigió a Vindman llamándolo “el señor Vindman”, el militar le recordó que debía dirigirse a él por su rango.
Durante gran parte de la audiencia, el abogado de los republicanos trató de cuestionar la lealtad nacional de Vindman, preguntándole sobre un episodio en que un funcionario de Ucrania le propuso ser ministro de defensa del país.
Vindman calificó el episodio de “cómico” y dijo que inmediatamente lo reportó a sus superiores.
“Soy estadounidense e inmediatamente deseché tales ofrecimientos”, expresó Vindman.
El ejército y las agencias policiales están tomando medidas para proteger a Vindman durante el proceso, dijo una fuente oficial que pidió no ser identificada. Añadió que el ejército está dispuesto a tomar medidas adicionales, como trasladar a Vindman y su familia a una base.
Cuando se le preguntó a Vindman qué idiomas hablaba respondió ucraniano, ruso y bromeando: “un poquito de inglés”.
Ambos testigos ya antes habían declarado a puertas y cerradas y las transcripciones de esas comparecencias ya habían sido publicadas.
Williams aseguró que, de una docena de llamadas presidenciales que ha escuchado en su carrera, ésta era diferente. Vindman testificó que las declaraciones de Trump durante la llamada no tenían nada que ver con la guía que se le había entregado al presidente.
“No me cabía la menor duda de que yo tenía que reportar esto”, declaró Vindman. “Era inapropiado, era inapropiado que el presidente exija una investigación sobre su adversario político”.
Tanto Williams como Vindman destacaron haber escuchado la palabra “Burisma” durante la llamada, una referencia sobre la compañía de gas ucraniana en la que Hunter Biden era miembro de la junta directiva.
Ambos contaron que Zelenskiy había mencionado la compañía durante la llamada, pero que no estaba en la transcripción publicada por la Casa Blanca.
En ese entonces los funcionarios apenas empezaban a vislumbrar la relación entre lo ocurrido y la decisión de Trump de retener 391 millones de dólares en asistencia militar a Ucrania.
Vindman aseveró que la asimetría de poder entre Ucrania y Estados Unidos le hacía evidente las intenciones de Trump.
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“En las fuerzas armadas, cuando alguien de mayor rango te pide algo... no es un pedido, es una orden”, declaró Vindman.
No fue la primera vez que Vindman, un condecorado veterano de la guerra de Irak, quedó alarmado por los intentos de Trump de presionar a Ucrania para que investigara a los demócratas, según relató.
Anteriormente, en una preocupante reunión en la Casa Blanca el 10 de julio, el embajador ante la UE Gordon Sondland le dijo a funcionarios ucranianos que tenían que “cumplir” antes de poder avanzar hacia una reunión entre el mandatario Volodimir Zelenskiy con Trump, dijo Vindman.
“Hablaba de las elecciones del 2016 y de una investigación sobre los Biden y Burisma”, declaró Vindman.
'Los ucranianos tendrían que entregar una investigación sobre los Biden, no había ambigüedad alguna”, testificó Vindman.
En ambas ocasiones, dijo Vindman, reportó sus inquietudes al abogado principal de Consejo de Seguridad, John Eisenberg.
Cuando la Casa Blanca publicó una transcripción aproximada ese mismo día, Williams la insertó en el reporte para el vicepresidente. “No sé si él lo leyó” manifestó Williams antes, en su comparecencia a puertas cerradas.
El rol de Pence no queda claro en este asunto, y los legisladores le hicieron varias preguntas a la asistente del vicepresidente.
Trump ha despotricado contra Williams, calificándola de “férrea anti-Trump” aunque en realidad no hay evidencia de que ella tenga inclinación partidista alguna.
En la Casa Blanca el martes, Trump fustigó las audiencias, llamándolas “una desgracia” y “un proceso amañado”.
El senador republicano Ron Johnson, quien ha estado involucrado en la política estadounidense hacia Ucrania, dejó entrever la noche del lunes que la estrategia republicana será la de atacar la credibilidad de los testigos. Johnson comparó a Vindman, un militar que recibió la Medalla de Corazón Púrpura por heroísmo, como parte de un grupo de “burócratas” que “nunca aceptaron a Trump como presidente legítimo”.
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La Casa Blanca le ha prohibido a su personal cooperar con la pesquisa, y la mayoría ha recibido citaciones de comparecencia obligatoria con el panel.
La tarde del martes hablará ante la comisión Timothy Morrison, ex funcionario del Consejo de Seguridad Nacional y Kurt Volker, ex enviado especial en Ucrania.
Los testigos hablan bajo juramento y bajo pena de perjurio, y Sondland ya tuvo que rectificar su declaración tras ser desmentido por funcionarios actuales y anteriores.
Sondland, acaudalado donante republicano cuyo alardeo de su proximidad con Trump ha llevado el proceso a las puertas del despacho presidencial, deberá testificar el miércoles. Otros lo han descrito como miembro de un grupo encabezado por el abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, a cargo de presionar a Ucrania por canales extraoficiales.
Morrison se ha referido a Burisma como “una pantanal de problemas” de los cuales “he tratado de distanciarme”.
Sondland se reunió con un asesor de Zelenskiy en el margen de un foro en Varsovia el 1 de septiembre y Morrison, quien observaba la reunión desde el otro lado de la sala, testificó que el embajador le dijo momentos después que le había presionado al ucraniano a que investigara a Burisma como condición para recibir la asistencia militar.
Volker entregó a los investigadores una gran cantidad de mensajes de texto en los que Sondland y otro diplomático, William Taylor, el encargado de negocios en Ucrania, expresan alarma por el hecho de que la asistencia militar estaba siendo retenida.
Taylor, quien testificó la semana pasada en público, calificó la estrategia de “una locura”.
Sondland, un empresario de hoteles que donó un millón de dólares a la campaña de Trump, es el único funcionario entrevistado hasta ahora que tuvo conversaciones directas con Trump sobre el tema ucraniano.
Morrison dijo que Sondland y Trump hablaron unas cinco veces entre el 15 de julio y el 11 de septiembre, justo las semanas en que la asistencia militar a Ucrania estaba siendo retenida.