Ankara, Turquía
El gobierno turco prolongará, por sexta vez, el estado de emergencia instaurado tras el intento de golpe de Estado del 15 de julio de 2016, indicó este lunes su portavoz.
El estado de emergencia, que debía terminar el 19 de enero, 'será prolongado de nuevo' por tres meses, declaró en una rueda de prensa en Ankara el viceprimer ministro Bekir Bozdag.
Bozdag precisó que la cuestión formará parte del orden del día de la próxima reunión del Consejo de seguridad nacional, y luego será presentada en la Asamblea Nacional por el gobierno.
Después de ser formalmente aprobada por el Parlamento, esta nueva ampliación del estado de urgencia será la sexta desde que fuera instaurada tras la intentona golpista.
Desde que se estableció esta medida, que amplía de forma considerable los poderes de las fuerzas de seguridad, las autoridades turcas buscan insaciablemente a los presuntos partidarios del predicador Fethullah Gülen, acusado por Ankara de orquestar el levantamiento. Gülen niega cualquier implicación.
Además de los posibles golpistas, las purgas masivas del gobierno turco alcanzan a los opositores prokurdos, los medios críticos con el poder y múltiples oenegés.
Desde el fallido golpe de Estado, más de 55.000 personas han sido arrestadas y más de 140.000 despedidas de su puestos de trabajo.
El gobierno turco prolongará, por sexta vez, el estado de emergencia instaurado tras el intento de golpe de Estado del 15 de julio de 2016, indicó este lunes su portavoz.
El estado de emergencia, que debía terminar el 19 de enero, 'será prolongado de nuevo' por tres meses, declaró en una rueda de prensa en Ankara el viceprimer ministro Bekir Bozdag.
Bozdag precisó que la cuestión formará parte del orden del día de la próxima reunión del Consejo de seguridad nacional, y luego será presentada en la Asamblea Nacional por el gobierno.
Después de ser formalmente aprobada por el Parlamento, esta nueva ampliación del estado de urgencia será la sexta desde que fuera instaurada tras la intentona golpista.
Desde que se estableció esta medida, que amplía de forma considerable los poderes de las fuerzas de seguridad, las autoridades turcas buscan insaciablemente a los presuntos partidarios del predicador Fethullah Gülen, acusado por Ankara de orquestar el levantamiento. Gülen niega cualquier implicación.
Además de los posibles golpistas, las purgas masivas del gobierno turco alcanzan a los opositores prokurdos, los medios críticos con el poder y múltiples oenegés.
Desde el fallido golpe de Estado, más de 55.000 personas han sido arrestadas y más de 140.000 despedidas de su puestos de trabajo.
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