WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS.- ¿Muro de cemento? ¿Barrera de acero?
Donald Trump volvió a su retórica original sobre su proyecto emblemático en la frontera con México, mientras en el Congreso se reanudan las negociaciones para alcanzar un compromiso presupuestario.
Desde hace varias semanas, algunos legisladores republicanos, y también Trump, hablan de 'barrera' en la frontera con México, con la esperanza de hacer más aceptable el plan a ojos de los demócratas y así evitar un nuevo 'shutdown'.
Este jueves por la mañana, sin embargo, el presidente estadounidense estimó que eso no servía de nada.
'¡Llamémosle muro y dejémonos de juegos políticos!', tuiteó como si se dirigiera a sus propios consejeros. '¡Un MURO es un MURO!', añadió, enfatizando su mensaje con mayúsculas.
En una cascada de tuits, el mandatario también estimó que los legisladores republicanos estaban perdiendo el tiempo negociando: 'Los demócratas (...) no darán el dinero para construir el muro que necesitamos desesperadamente'.
'El muro se hará de una forma u otra!', prometió. 'Se enviarán más tropas a la frontera sur para frenar el intento de invasión de ilegales... con un muro será muucho (sic) más fácil y más barato', apuntó.
Horas después, la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, respondió enfáticamente y aseguró que 'no habrá dinero para ningún muro en la legislación'.
- Fondos de emergencia -
La insistencia de Trump de que el presupuesto incluyera 5,700 millones de dólares para construir el muro que prometió durante su campaña electoral y la negativa de los demócratas a aceptarlo llevó a una parálisis parcial de la administración de más de un mes.
Trump terminó cediendo ante los demócratas aceptando la financiación temporal de los servicios federales, pero esto no aleja del todo el fantasma de la crisis, ya que sólo otorga fondos al gobierno hasta el 15 de febrero.
Si no hay acuerdo para esa fecha, el mandatario advirtió que impondría otro 'shutdown' o pasaría por alto al Congreso al recurrir a fondos de emergencia.
'No creo que lleguen a un acuerdo', dijo Trump a la prensa este jueves, y aseguró que Pelosi 'sólo está jugando'.
Además confirmó que está dispuesto a declarar una emergencia si no recibe la financiación para el muro. 'Lo haría', apuntó ante los periodistas.
Una declaración de emergencia permitiría a Trump desviar fondos designados para uso militar o de emergencia. De todas formas, es probable que allí no se termine el debate por el muro. Los demócratas advirtieron que recurrirían a la justicia para frenar el uso de fondos de emergencia.
Según un informe difundido el lunes por la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), el cierre parcial de la administración restó 11,000 millones de dólares al PIB, casi el doble de lo que Trump necesita para concretar su proyecto del muro.
El informe indicaba sin embargo que gran parte de esa suma se compensará con la reactivación de las operaciones del gobierno y que las pérdidas serán de sólo de 3.000 millones de dólares, equivalentes a un 0,02% del PIB, en el balance final.
La parálisis presupuestaria, que fue la más larga de l a historia de Estados Unidos, afectó a unos 800,000 empleados públicos, que tuvieron que trabajar sin paga, o que fueron licenciados sin goce de sueldo.
Desde hace varias semanas, algunos legisladores republicanos, y también Trump, hablan de 'barrera' en la frontera con México, con la esperanza de hacer más aceptable el plan a ojos de los demócratas y así evitar un nuevo 'shutdown'.
Este jueves por la mañana, sin embargo, el presidente estadounidense estimó que eso no servía de nada.
'¡Llamémosle muro y dejémonos de juegos políticos!', tuiteó como si se dirigiera a sus propios consejeros. '¡Un MURO es un MURO!', añadió, enfatizando su mensaje con mayúsculas.
En una cascada de tuits, el mandatario también estimó que los legisladores republicanos estaban perdiendo el tiempo negociando: 'Los demócratas (...) no darán el dinero para construir el muro que necesitamos desesperadamente'.
'El muro se hará de una forma u otra!', prometió. 'Se enviarán más tropas a la frontera sur para frenar el intento de invasión de ilegales... con un muro será muucho (sic) más fácil y más barato', apuntó.
Horas después, la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, respondió enfáticamente y aseguró que 'no habrá dinero para ningún muro en la legislación'.
- Fondos de emergencia -
La insistencia de Trump de que el presupuesto incluyera 5,700 millones de dólares para construir el muro que prometió durante su campaña electoral y la negativa de los demócratas a aceptarlo llevó a una parálisis parcial de la administración de más de un mes.
Trump terminó cediendo ante los demócratas aceptando la financiación temporal de los servicios federales, pero esto no aleja del todo el fantasma de la crisis, ya que sólo otorga fondos al gobierno hasta el 15 de febrero.
Si no hay acuerdo para esa fecha, el mandatario advirtió que impondría otro 'shutdown' o pasaría por alto al Congreso al recurrir a fondos de emergencia.
'No creo que lleguen a un acuerdo', dijo Trump a la prensa este jueves, y aseguró que Pelosi 'sólo está jugando'.
Además confirmó que está dispuesto a declarar una emergencia si no recibe la financiación para el muro. 'Lo haría', apuntó ante los periodistas.
Una declaración de emergencia permitiría a Trump desviar fondos designados para uso militar o de emergencia. De todas formas, es probable que allí no se termine el debate por el muro. Los demócratas advirtieron que recurrirían a la justicia para frenar el uso de fondos de emergencia.
Según un informe difundido el lunes por la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), el cierre parcial de la administración restó 11,000 millones de dólares al PIB, casi el doble de lo que Trump necesita para concretar su proyecto del muro.
El informe indicaba sin embargo que gran parte de esa suma se compensará con la reactivación de las operaciones del gobierno y que las pérdidas serán de sólo de 3.000 millones de dólares, equivalentes a un 0,02% del PIB, en el balance final.
La parálisis presupuestaria, que fue la más larga de l a historia de Estados Unidos, afectó a unos 800,000 empleados públicos, que tuvieron que trabajar sin paga, o que fueron licenciados sin goce de sueldo.