Servicio secreto
Estados Unidos
Muchos consideran inviable la promesa de Donald Trump de construir un muro en la frontera de Estados Unidos con México, pero Jim Chilton está convencido de que es la única solución para poder dormir al fin tranquilo.
A sus 77 años, Chilton dice que está cansado de ver narcotraficantes desde su casa. La muralla es a su juicio, la única solución.
'Realmente admiro a Trump por tener la visión y el conocimiento de lo que está mal en el actual sistema fronterizo', dijo a la AFP mientras observaba la extensa planicie desértica en su rancho de 194 km2 que se extiende hasta el límite con México.
'Necesitamos la pared, lo he dicho por 10 años, que necesitamos carreteras a lo largo de la frontera y que la patrulla fronteriza tiene que ser desplegada para que no deje pasar a nadie', aseguró. 'Haría mi vida mucho más sencilla y yo me sentiría más seguro', añadió este hombre que representa la quinta generación de una familia de rancheros en Arizona.
Trump lanzó la polémica idea del muro a inicios de su campaña, asegurando que su construcción costaría entre 8.000 y 12.000 millones de dólares, que tendría que pagar además el Estado mexicano.
El republicano ha sido defensor también de la deportación de unas 11 millones de personas que están en el país ilegalmente.
Y aunque admitió que Trump no era su primera opción entre los candidatos republicanos a la Casa Blanca, Chilton insistió en que la construcción de esta muralla de 3.200 km de largo en la frontera sur es clave para la seguridad nacional.
- 'Tierra de nadie' -
'Vivo en tierra de nadie, vivo en una tierra ocupada por el cartel de Sinaloa', aseguró, apuntando a montañas dentro de su propiedad donde dijo hay personas con sofisticados equipos para apoyar a los contrabandistas.
'Los he visto en esas dos montañas e incluso en el patio del frente. Les saludo con la mano y muchas veces me responde con un 'hola' (en español) de vuelta', destacó.
Chilton, que tiene una pistola en la cintura y otra junto a su cama, además de un rifle en la puerta de la casa, señaló que otros rancheros de la zona están a favor de reforzar la seguridad de esas áreas remotas que, vulnerables, pueden servir para que grupos extremistas como Estado Islámico (EI) entren al país.
'No tenemos idea en esa frontera porosa de cuántas personas de EI están de hecho entrando', advirtió junto a su cerca de alambre de púas.
Aunque muchos políticos secundan esta idea de que terroristas cruzaron a Estados Unidos desde México por el sur, no hay evidencia hasta ahora de que en realidad eso haya ocurrido.
- Tema humanitario y de seguridad -
Pero más allá de los carteles de la droga y las amenazas de terrorismo, Chilton insiste en que el muro de Trump responde más a una situación humanitaria.
'Es simplemente indignante encontrar un cadáver en mi rancho, es indignante para la patrulla fronteriza, para mis vaqueros', indicó en referencia a los migrantes que mueren tratando de cruzar a Estados Unidos por el brutal desierto de Arizona.
'Es un tema humanitario y de seguridad nacional', añadió.
Señaló que siempre lleva al menos unos 10 galones (37 litros) de agua en su camioneta en caso de que se encuentre con un migrante desesperado, aunque señaló que el número ha disminuido desde que los narcos tomaron el control de la zona.
Según la patrulla fronteriza, unos 2.600 cuerpos fueron encontrados desde 1998 en el desierto en el sector de Tucson, Arizona, donde hay unos 420 km de frontera.
Pero varias organizaciones cercanas al tema migratorio coinciden en que una pared no disminuirá las muertes en la zona, pues la estructura -así sea alta y sólida, como prometió Trump-- no detendrá a las personas que intentan cruzar.
'La cerca por sí misma no hará absolutamente nada si no se tiene a alguien viéndola todo el tiempo', señaló Mike Kreyche, integrante de los Samaritanos de Tucson, un grupo humanitario que deja agua y comida a lo largo de las trochas para inmigrantes en el desierto.
'Lo que menos se habla sobre este tema es la raíz del problema', estimó Kreychec. Porque al final de cuentas, 'como alguien dijo, muéstrame un muro de 50 pies (15 metros) y te mostraré una escalera de 51'.
Muchos consideran inviable la promesa de Donald Trump de construir un muro en la frontera de Estados Unidos con México, pero Jim Chilton está convencido de que es la única solución para poder dormir al fin tranquilo.
A sus 77 años, Chilton dice que está cansado de ver narcotraficantes desde su casa. La muralla es a su juicio, la única solución.
'Realmente admiro a Trump por tener la visión y el conocimiento de lo que está mal en el actual sistema fronterizo', dijo a la AFP mientras observaba la extensa planicie desértica en su rancho de 194 km2 que se extiende hasta el límite con México.
'Necesitamos la pared, lo he dicho por 10 años, que necesitamos carreteras a lo largo de la frontera y que la patrulla fronteriza tiene que ser desplegada para que no deje pasar a nadie', aseguró. 'Haría mi vida mucho más sencilla y yo me sentiría más seguro', añadió este hombre que representa la quinta generación de una familia de rancheros en Arizona.
Trump lanzó la polémica idea del muro a inicios de su campaña, asegurando que su construcción costaría entre 8.000 y 12.000 millones de dólares, que tendría que pagar además el Estado mexicano.
El republicano ha sido defensor también de la deportación de unas 11 millones de personas que están en el país ilegalmente.
Y aunque admitió que Trump no era su primera opción entre los candidatos republicanos a la Casa Blanca, Chilton insistió en que la construcción de esta muralla de 3.200 km de largo en la frontera sur es clave para la seguridad nacional.
- 'Tierra de nadie' -
'Vivo en tierra de nadie, vivo en una tierra ocupada por el cartel de Sinaloa', aseguró, apuntando a montañas dentro de su propiedad donde dijo hay personas con sofisticados equipos para apoyar a los contrabandistas.
'Los he visto en esas dos montañas e incluso en el patio del frente. Les saludo con la mano y muchas veces me responde con un 'hola' (en español) de vuelta', destacó.
Chilton, que tiene una pistola en la cintura y otra junto a su cama, además de un rifle en la puerta de la casa, señaló que otros rancheros de la zona están a favor de reforzar la seguridad de esas áreas remotas que, vulnerables, pueden servir para que grupos extremistas como Estado Islámico (EI) entren al país.
'No tenemos idea en esa frontera porosa de cuántas personas de EI están de hecho entrando', advirtió junto a su cerca de alambre de púas.
Aunque muchos políticos secundan esta idea de que terroristas cruzaron a Estados Unidos desde México por el sur, no hay evidencia hasta ahora de que en realidad eso haya ocurrido.
- Tema humanitario y de seguridad -
Pero más allá de los carteles de la droga y las amenazas de terrorismo, Chilton insiste en que el muro de Trump responde más a una situación humanitaria.
'Es simplemente indignante encontrar un cadáver en mi rancho, es indignante para la patrulla fronteriza, para mis vaqueros', indicó en referencia a los migrantes que mueren tratando de cruzar a Estados Unidos por el brutal desierto de Arizona.
'Es un tema humanitario y de seguridad nacional', añadió.
Señaló que siempre lleva al menos unos 10 galones (37 litros) de agua en su camioneta en caso de que se encuentre con un migrante desesperado, aunque señaló que el número ha disminuido desde que los narcos tomaron el control de la zona.
Según la patrulla fronteriza, unos 2.600 cuerpos fueron encontrados desde 1998 en el desierto en el sector de Tucson, Arizona, donde hay unos 420 km de frontera.
Pero varias organizaciones cercanas al tema migratorio coinciden en que una pared no disminuirá las muertes en la zona, pues la estructura -así sea alta y sólida, como prometió Trump-- no detendrá a las personas que intentan cruzar.
'La cerca por sí misma no hará absolutamente nada si no se tiene a alguien viéndola todo el tiempo', señaló Mike Kreyche, integrante de los Samaritanos de Tucson, un grupo humanitario que deja agua y comida a lo largo de las trochas para inmigrantes en el desierto.
'Lo que menos se habla sobre este tema es la raíz del problema', estimó Kreychec. Porque al final de cuentas, 'como alguien dijo, muéstrame un muro de 50 pies (15 metros) y te mostraré una escalera de 51'.