Ya hay más de 200 víctimas
CALIFORNIA, ESTADOS UNIDOS.- California y la ciudad de Nueva York anunciaron el lunes que requerirán que todos los empleados gubernamentales se vacunen contra el covid-19 o se hagan una prueba diagnóstica cada semana, mientras que el
Departamento de Asuntos de Veteranos se convirtió en la primera agencia federal grande en requerir que el personal de sanidad se inocule contra esta enfermedad.
Mientras tanto, en una posible señal de que las advertencias sanitarias cada vez más graves están siendo comprendidas por más estadounidenses, las tasas de vacunación comenzaron a subir otra vez, lo que ofrece la esperanza de que el país todavía pueda librarse del coronavirus si las personas que se han mostrado reticentes a recibir la vacuna finalmente se inoculan.
En la ciudad de Nueva York, el alcalde Bill de Blasio anunció que todos los trabajadores municipales — incluidos maestros y policías— tendrán que estar vacunados para mediados de septiembre o hacerse pruebas semanales del covid-19, lo que convierte a la ciudad en uno de los empleadores más grandes de Estados Unidos en tomar dicha medida.
De forma similar, California dijo que a partir del próximo mes requerirá evidencia de vacunación o pruebas diagnósticas semanales a todos los trabajadores del estado y del sector salud.
Y el presidente Joe Biden indicó que todos los médicos que trabajan en instalaciones del Departamento de Asuntos de Veteranos tendrán que estar inoculados.
En tanto, St. Louis se convirtió en la segunda gran ciudad en exigir el uso de mascarillas en interiores, sin importar el estatus de vacunación, uniéndose a Los Ángeles, que volvió a imponer la orden.
“Para quienes están vacunados, esto podrá parecer un castigo, castigo por hacer lo correcto”, dijo el lunes el ejecutivo del condado St. Louis, Sam Page, un demócrata. “He escuchado eso y siento esa frustración”.
La doctora Leana Wen, una ex comisionada de salud de Baltimore, elogió las medidas, pero pidió que Biden “predique con el ejemplo” e imponga órdenes similares a los empleados federales y en lugares públicos en donde el gobierno tiene jurisdicción, como aviones, trenes y edificios gubernamentales.
Agregó que todos los hospitales y asilos de ancianos deben exigir que todos los empleados estén vacunados, una idea que la Asociación Médica Estadounidense apoyó en un comunicado del lunes.
“Necesitamos mandatos de vacunas y verificación de vacunas”, dijo Wen. “Ya ha pasado tiempo más que suficiente para que el gobierno de Biden se sume a esto. Lo que hacemos no funciona. Hacer más de lo mismo no es la respuesta a esto”.
Hasta el momento, la Casa Blanca ha delegado a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades las directrices sobre uso de mascarilla, las cuales recomiendan que quienes no estén vacunados las usen en interiores. Sin embargo, los funcionarios reconocieron durante el fin de semana que consideran modificar esas normas y recomendar que los vacunados también usen mascarillas en interiores.
Wen, quien también es especialista en emergencias y profesora en la Universidad George Washington, dijo que durante meses los expertos en salud pública se han preocupado por este mismo escenario.
'Nos preocupaba que no funcionara el sistema de honor, que los no vacunados se comportaran como si estuvieran vacunados y las personas pensaran que la pandemia se acabó”, dijo. “Eso es precisamente lo que ha sucedido y es increíblemente frustrante”.
Mientras tanto, en una posible señal de que las advertencias sanitarias cada vez más graves están siendo comprendidas por más estadounidenses, las tasas de vacunación comenzaron a subir otra vez, lo que ofrece la esperanza de que el país todavía pueda librarse del coronavirus si las personas que se han mostrado reticentes a recibir la vacuna finalmente se inoculan.
En la ciudad de Nueva York, el alcalde Bill de Blasio anunció que todos los trabajadores municipales — incluidos maestros y policías— tendrán que estar vacunados para mediados de septiembre o hacerse pruebas semanales del covid-19, lo que convierte a la ciudad en uno de los empleadores más grandes de Estados Unidos en tomar dicha medida.
De forma similar, California dijo que a partir del próximo mes requerirá evidencia de vacunación o pruebas diagnósticas semanales a todos los trabajadores del estado y del sector salud.
Y el presidente Joe Biden indicó que todos los médicos que trabajan en instalaciones del Departamento de Asuntos de Veteranos tendrán que estar inoculados.
En tanto, St. Louis se convirtió en la segunda gran ciudad en exigir el uso de mascarillas en interiores, sin importar el estatus de vacunación, uniéndose a Los Ángeles, que volvió a imponer la orden.
“Para quienes están vacunados, esto podrá parecer un castigo, castigo por hacer lo correcto”, dijo el lunes el ejecutivo del condado St. Louis, Sam Page, un demócrata. “He escuchado eso y siento esa frustración”.
La doctora Leana Wen, una ex comisionada de salud de Baltimore, elogió las medidas, pero pidió que Biden “predique con el ejemplo” e imponga órdenes similares a los empleados federales y en lugares públicos en donde el gobierno tiene jurisdicción, como aviones, trenes y edificios gubernamentales.
Agregó que todos los hospitales y asilos de ancianos deben exigir que todos los empleados estén vacunados, una idea que la Asociación Médica Estadounidense apoyó en un comunicado del lunes.
“Necesitamos mandatos de vacunas y verificación de vacunas”, dijo Wen. “Ya ha pasado tiempo más que suficiente para que el gobierno de Biden se sume a esto. Lo que hacemos no funciona. Hacer más de lo mismo no es la respuesta a esto”.
Hasta el momento, la Casa Blanca ha delegado a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades las directrices sobre uso de mascarilla, las cuales recomiendan que quienes no estén vacunados las usen en interiores. Sin embargo, los funcionarios reconocieron durante el fin de semana que consideran modificar esas normas y recomendar que los vacunados también usen mascarillas en interiores.
Wen, quien también es especialista en emergencias y profesora en la Universidad George Washington, dijo que durante meses los expertos en salud pública se han preocupado por este mismo escenario.
'Nos preocupaba que no funcionara el sistema de honor, que los no vacunados se comportaran como si estuvieran vacunados y las personas pensaran que la pandemia se acabó”, dijo. “Eso es precisamente lo que ha sucedido y es increíblemente frustrante”.