CANBERRA, AUSTRALIA.- Australia vive lo que quizá sea la peor catástrofe en los últimos años. Voraces incendios mantienen bajo tensión a los ciudadanos, pues el desastre en los bosques australianos ya suman 24 personas muertas y más de 480 millones de animales sin vida.
Cerca de 200 incendios seguían activos este domingo, a menudo fuera de control, aunque pocos necesitaron activar los avisos de emergencia, en un momento en el que las temperaturas comenzaban a bajar.
Millones de australianos se vieron afectados en el sureste, la parte más poblada de la isla continente, por esta catástrofe que las autoridades no logran contener desde hace meses, que ya ha arrasado una superficie equivalente al doble de Bélgica y ha causado 24 muertos, incluidos tres bomberos.
Los incendios son comunes en Australia en la primavera y el verano. Pero este año se adelantaron y son más violentos, en particular debido a condiciones más propicias por el calentamiento global.
'Estamos en territorio desconocido', declaró Gladys Berejiklian, la primera ministra de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney. 'No podemos pretender que esto sea algo que hayamos vivido antes. No lo es', dijo.
Se declaró el estado de emergencia en el sudeste del país, la región más poblada, y el viernes se ordenó la evacuación de más de 100,000 personas en tres estados.
Muchas comunidades todavía estaban amenazadas el domingo por incendios fuera de control, en particular la ciudad de Eden, en Nueva Gales del Sur, cerca de la demarcación con Victoria.
'La visibilidad se redujo a menos de 50 metros y había escombros que caían del cielo, sobre todo ceniza blanca', contó a la AFP John Steele, de 73 años, quien el sábado fue evacuado con su esposa de su propiedad al norte de Eden. 'El cielo todavía está rojo'.
En Cooma, más en el interior, además de los incendios, hubo una inundación cuando una gran torre de agua que contenía 4,5 millones de litros se derrumbó, causando una avalancha de lodo en algunas casas.
Ante la alerta que se vive en este país y en medio de los arduos trabajos de los cuerpos de socorro, una buena noticia ha llegado desde el cielo, literalmente.
Este domingo se registró una leve llovizna en la zona del desastre, donde hasta el día de hoy permanecen activos más de 200 incendios, lo que ha causado que millones de animales en peligro de extinción tengan que huir de su hábitat.
En un corto video compartido en redes sociales se aprecia cómo un grupo de bomberos se emociona al notar que, de manera inesperada, una leve lluvia comienza a caer en la zona intervenida, donde desde hace semanas se intenta sofocar el voraz fuego.
VEA: El drama de los incendios en Australia (FOTOS)
Australia bajo tensión
El sábado, cientos de propiedades fueron destruidas y un hombre murió cuando intentaba salvar la casa de un amigo en unas condiciones extremas, entre las peores desde el comienzo de los incendios en septiembre.Cerca de 200 incendios seguían activos este domingo, a menudo fuera de control, aunque pocos necesitaron activar los avisos de emergencia, en un momento en el que las temperaturas comenzaban a bajar.
Millones de australianos se vieron afectados en el sureste, la parte más poblada de la isla continente, por esta catástrofe que las autoridades no logran contener desde hace meses, que ya ha arrasado una superficie equivalente al doble de Bélgica y ha causado 24 muertos, incluidos tres bomberos.
Los incendios son comunes en Australia en la primavera y el verano. Pero este año se adelantaron y son más violentos, en particular debido a condiciones más propicias por el calentamiento global.
'Estamos en territorio desconocido', declaró Gladys Berejiklian, la primera ministra de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney. 'No podemos pretender que esto sea algo que hayamos vivido antes. No lo es', dijo.
Se declaró el estado de emergencia en el sudeste del país, la región más poblada, y el viernes se ordenó la evacuación de más de 100,000 personas en tres estados.
Muchas comunidades todavía estaban amenazadas el domingo por incendios fuera de control, en particular la ciudad de Eden, en Nueva Gales del Sur, cerca de la demarcación con Victoria.
'La visibilidad se redujo a menos de 50 metros y había escombros que caían del cielo, sobre todo ceniza blanca', contó a la AFP John Steele, de 73 años, quien el sábado fue evacuado con su esposa de su propiedad al norte de Eden. 'El cielo todavía está rojo'.
En Cooma, más en el interior, además de los incendios, hubo una inundación cuando una gran torre de agua que contenía 4,5 millones de litros se derrumbó, causando una avalancha de lodo en algunas casas.