Activistas responde ante mural racista; exigen que lo eliminen
El mural ahora rodea una gran obra en video del artista negro británico Keith Piper que tiene como objetivo resaltar y explicar las imágenes racistas de Whistler
“Viva Voce”, una instalación de Keith Piper en el Tate Britain, responde a un mural de 1927 en el museo que retrata ofensivamente a los negros.
Por Alex Marshall/ The New York Times
LONDRES — Durante casi 100 años, un mural de 17 metros de largo fue el telón de fondo de un restaurante fino en el Museo Tate Britain. Mientras comían, los comensales podían echar un vistazo al cuadro de Rex Whistler que retrataba una partida de caza cabalgando a través de un paisaje fantástico.
Pocos visitantes parecían notar dos pequeñas secciones de la escena, cada una ocupando apenas unos cuantos centímetros: una retratando a una mujer blanca arrastrando a un niño negro con una cuerda, mientras la madre del pequeño, aterrorizada y desnuda, observaba desde un árbol; la otra mostrando al mismo niño, en grilletes, corriendo detrás de una carreta.
No fue hasta el 2020, después del auge del movimiento Black Lives Matter, que los activistas antirracismo exigieron la eliminación del mural. Pronto, el Tate cerró el restaurante y los administradores comenzaron a preocuparse por qué hacer con la pintura, titulada “La Expedición en Busca de Carnes Raras”. El mes pasado, su solución quedó a la vista cuando el Tate Britain reabrió el sitio. El mural ahora rodea una gran obra en video del artista negro británico Keith Piper que tiene como objetivo resaltar y explicar las imágenes racistas de Whistler. Chloe Hodge, la curadora, dijo que la obra de Piper estaría en exhibición durante aproximadamente un año.
El Tate Britain intenta equilibrar las demandas de activistas, que quieren que se eliminen las obras de arte ofensivas, y las de los políticos conservadores y entusiastas del arte, muchos de los cuales quieren que los museos eviten posturas “concientizadas”.
Titulada “Viva Voce”, el nombre en latín de los exámenes orales universitarios en Gran Bretaña, la película de 22 minutos en dos pantallas de Piper dramatiza una conversación imaginaria entre Whistler (interpretado por Ian Pink) y una catedrática universitaria (Ellen O’ Grady). En la primera mitad de la película, la catedrática pregunta a Whistler sobre la historia del mural, que el artista completó en 1927.
El ánimo cambia cuando ella señala a la madre negra escondida en un árbol. “¿Quién es?”, exige la catedrática. “Ah, sólo un poco de humor”, responde Whistler.
La catedrática tiene más preguntas para él: sobre los retratos racistas de los negros en otras obras que produjo y sobre el trato a las minorías en la Gran Bretaña de los años 20. Whistler se muestra confundido por el interrogatorio y dice: “Pensé que quería hablar sobre mi trabajo”.
En Gran Bretaña, las discusiones sobre obras problemáticas han tendido a centrarse menos en las motivaciones de un artista y más en si deben exhibirse. Pero el mural de Whistler, que está pintado en las paredes del museo, está protegido por las leyes de patrimonio británicas, lo que significa que el Tate Britain no podría eliminarlo o alterarlo fácilmente, aún si quisiera. Algunos críticos de arte y miembros del personal diverso del Tate exhortaron al museo a ocultar el mural detrás de una pantalla.
Durante décadas, Piper —fundador del Blk Art Group, un colectivo formado en la Inglaterra de los años 80— ha explorado cuestiones de racismo y esclavitud en su arte.
Piper dijo que no había visto el mural antes del alboroto. Pero no le sorprendió enterarse de las imágenes racistas en las paredes del Tate Britain, dijo —figuras estereotipadas así alguna vez fueron comunes en el arte británico. Lo que le sorprendió fue el tiempo que tardó el museo en hacer algo al respecto. Mientras investigaba los archivos de la institución, dijo Piper, encontró cartas de visitantes que databan de la década de 1970 quejándose de la pintura. Piper dijo que no estaba de acuerdo con quienes habían instado al Tate Britain a retirar el mural u ocultarlo.
“Mi argumento es que, al dejarlo, se convierte en un testigo importante de la historia, y al contraponerlo, aprendemos cosas y escuchamos cosas que tal vez no hayamos escuchado antes”, dijo. “Ese es el papel importante de las artes y de los museos”.
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