Capitalistas ven como opción tiendas de comestibles en Cuba
Alrededor de 1.5 millones de personas trabajan para empresas privadas, un aumento del 30 por ciento desde el 2021, y ahora representan casi la mitad de la fuerza laboral total en la isla caribeña
Los hermanos Ricardo y Óscar Fernández abrieron un negocio de alimentos secos al aliviarse las restricciones. (Eliana Aponte para The New York Times)
Por David C. Adams/ The New York Times
LA HABANA — Una moderna tienda de comestibles cuyos estantes están llenos de todo, desde pasta hasta vino, ocupa un lugar en el centro de La Habana alguna vez ocupado por una deslucida florería estatal. Una ex empresa paraestatal de vidrio en un suburbio ahora alberga una sala de exhibición que vende muebles de fabricación cubana. Y en el puerto, montacargas descargan huevos estadounidenses con destino a un supermercado privado en línea que ofrece entregas a domicilio.
Estas empresas son parte de una explosión de compañías privadas en los últimos años en toda Cuba, un cambio notable en un País donde Fidel Castro llegó al poder liderando una revolución comunista decidida a eliminar nociones capitalistas como la propiedad privada.
Pero hoy Cuba enfrenta su peor crisis financiera en décadas, impulsada por la mala gestión gubernamental y un embargo económico estadounidense de décadas de duración que ha llevado a un colapso de la producción nacional, inflación al alza, cortes de energía y escasez de combustible, carne y otras necesidades. Así que los líderes comunistas están acogiendo a los emprendedores privados, una clase de personas que alguna vez vilipendiaron.
Aprovechando la flexibilización en las restricciones, los cubanos han abierto aproximadamente 10 mil 200 empresas privadas desde el 2021, creando una economía alternativa junto al golpeado modelo socialista del País.
Subrayando el crecimiento de las empresas privadas y las dificultades económicas del Gobierno, las importaciones del sector privado y del Gobierno el año pasado totalizaron cada una alrededor de mil millones de dólares, arrojan datos del Gobierno. Gran parte de las importaciones del sector privado provinieron de Estados Unidos y fueron financiadas por remesas enviadas por cubanos allí a familiares en casa. Alrededor de 1.5 millones de personas trabajan para empresas privadas, un aumento del 30 por ciento desde el 2021, y ahora representan casi la mitad de la fuerza laboral total en la isla caribeña.
A pesar del crecimiento del sector privado, su contribución general a la economía cubana es sólo alrededor del 15 por ciento de la producción interna bruta. Aún así, la transformación está generando profundas divisiones en el sistema comunista de la isla a medida que una nueva élite empresarial adquiere riqueza, un anatema para la ideología revolucionaria de Cuba.
Los cubanos que trabajan para el Estado, incluyendo profesionistas administrativos, médicos y profesores, ganan el equivalente a aproximadamente 15 dólares al mes en pesos cubanos, mientras que los empleados del sector privado pueden ganar entre 5 y 10 veces esa cantidad.
Un salario gubernamental no llega muy lejos en las tiendas privadas que han aparecido, donde una bolsa de papas fritas italianas cuesta 3 dólares, una botella de buen vino italiano 20 dólares e incluso un artículo de primera necesidad, como el papel higiénico, cuesta 6 dólares por un paquete de 10 rollos. La mayoría de los que pueden pagar esos precios recibe dinero del extranjero, trabaja para otras empresas privadas o son diplomáticos.
“Hay que ser millonario para vivir en Cuba hoy”, dijo Yoandris Hierrezuelo, de 38 años, que vende frutas y verduras en un carrito en La Habana y gana unos 5 dólares al día. “El Estado ya no puede satisfacer las necesidades básicas de la población”.
Los funcionarios cubanos dijeron que la legalización de las empresas privadas no era una aceptación a regañadientes del capitalismo en aras de la supervivencia económica. “Tenemos una idea muy clara del camino para la recuperación gradual de la economía con la incorporación de nuevos actores económicos que son complementarios a la economía del Estado socialista”, dijo Susset Rosales, directora de Planificación y Desarrollo del Ministerio de Economía.
Pero los funcionarios estadounidenses dicen que las empresas privadas podrían allanar el camino hacia mayores libertades.
Este año, por primera vez, Cuba solicitó ayuda al Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas para proporcionar suficiente leche en polvo para los niños, informaron los medios estatales.
El deterioro en las condiciones de vida desencadenó una inusual muestra pública de descontento en marzo cuando cientos de personas salieron a las calles de Santiago de Cuba, la segunda ciudad más grande, coreando “Energía y comida”, de acuerdo con reportes en las redes sociales y del Gobierno.
Las penurias han provocado un aumento en la emigración. Desde el 2022, aproximadamente 500 mil cubanos se han ido, un éxodo extraordinario para un país de 11 millones.
En medio de tantas privaciones, las pequeñas empresas privadas ofrecen una pequeña dosis de esperanza para quienes tienen el dinero para abrirlas y para sus empleados.
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