Contar tantos votos es fácil, llevar las urnas al pueblo es lo difícil en India
India es la nación más poblada de todo el mundo, con 969 millones de electores elegibles. Eso es más de una décima parte de la población mundial
Trabajadores transportan máquinas de votación electrónica a un colegio electoral remoto en el Estado indio de Meghalaya recientemente.
Por John Yoon
y Hari Kumar / The New York Times
Cuando los indios comenzaron a acudir a las urnas el 19 de abril, marcó sólo el inicio de un colosal proceso democrático. No será hasta el 4 de junio, después de 6 semanas de votaciones, que India sabrá si Narendra Modi, su poderoso Primer Ministro, permanecerá en el cargo un tercer mandato.
¿Por qué toma tanto tiempo? La respuesta en corto: India es la nación más poblada del mundo, con 969 millones de electores elegibles. Eso es más de una décima parte de la población mundial, o alrededor de cuatro veces el número de electores elegibles en la siguiente democracia más grande, Estados Unidos.
La respuesta más larga involucra la geografía, las reglas electorales, el aparato de seguridad, los días festivos y las máquinas de votación de India —una coreografía complicada.
En general, las elecciones han tardado semanas o meses, debido a su simple magnitud. El País tiene una superficie de más de 2.5 millones de kilómetros cuadrados, con habitantes en megaciudades, esparcidos por todo el Himalaya, en el desierto de Thar, dentro de los bosques y a lo largo del Río Ganges.
Las leyes de India también establecen que no se puede exigir a los electores que viajen más de 2 kilómetros de su casa para llegar a una casilla electoral. Para que eso sea posible, este año 12 millones de trabajadores electorales atravesarán el País para instalar casillas, a veces a pie, en bicicleta, en helicóptero o en barco, o incluso a caballo, a camello o a elefante.
Algunos de esos viajes pueden durar días. En el 2019, la casilla a mayor altura del País estaba a más de 4 mil 500 metros sobre el nivel del mar en el Valle Spiti en el Himalaya. En el 2009, un equipo de cinco personas se adentró en el bosque de Gir, en Gujarat, en el oeste de India, para llegar hasta el solitario habitante de un remoto templo hindú.
“Esto demuestra cómo India valora su democracia”, dijo Bharatdas Darshandas, el clérigo, a los periodistas ese año.
India está desplegando más de 300 mil miembros de sus fuerzas de seguridad federales para ayudar a transportar máquinas de votación y mantener la paz en las cabinas de votación este año. Como no pueden cubrir toda la nación a la vez, las elecciones se dividen en múltiples etapas.
Estas precauciones prolongan elecciones que de otro modo durarían unos días, dijo Vikram Singh, ex jefe de policía de Uttar Pradesh, el Estado más grande de India. Pero dijo que los electores estaban más seguros gracias a ellos.
La presencia de soldados infunde confianza en los resultados electorales. Pero S.Y. Quraishi, ex comisionado electoral titular, dijo que las brechas entre las fases habían dado más tiempo para que se propagaran rumores y desinformación.
La Comisión Electoral de India intenta evitar los diversos días festivos y festivales religiosos de India. Eso ha ayudado a lograr una alta participación electoral. En el 2019, votó el 67 por ciento del electorado, la tasa de participación más alta del País.
Las máquinas de votación electrónica se convirtieron en un estándar en todas las elecciones nacionales de India en el 2004. Han simplificado la votación, particularmente en las atestadas ciudades de India, donde las casillas más concurridas pueden atender hasta 12 mil personas por día. Los trabajadores siguen elaboradas salvaguardias para transportarlos por todo el País.
Gracias a estas máquinas, una vez finalizada la votación, el conteo es rápido.
© 2024 The New York Times Company