El crecimiento del apoyo hacia movimientos y líderes nazis en Alemania
Björn Höcke y el partido Alternativa para Alemania (AfD) siguen afianzando más seguidores, pese a que Höcke fue enjuiciado por repetir consignas nazis
En los últimos años, Björn Höcke ha extremado aún más al partido de extrema derecha AfD. (Filip Singer/EPA, vÍa Shutterstock)
Por Erika Solomon/The New York Times
HALLE, Alemania — Desde el tablado de una taberna en un pueblo boscoso del este de Alemania, el ideólogo de derecha Björn Höcke deleitó a sus seguidores a fines del año pasado con la historia de su inminente juicio. Enfrentaba cargos por decir “Todo por Alemania” en un mitin político —violando las leyes alemanas contra pronunciar consignas nazis.
Hizo un gesto a la multitud con una sonrisa traviesa. “¿Todo por?”, preguntó. “¡Alemania!”, gritaron.
Después de una década de poner a prueba los límites del discurso político en Alemania, Höcke, líder del partido Alternativa para Alemania (AfD), ya no necesitaba retar los límites él mismo. La multitud lo hacía por él.
Ese momento cristaliza por qué, para sus detractores, Höcke no es simplemente un desafío al orden político, sino una amenaza a la democracia alemana. Durante años, Höcke ha ido socavando metódicamente las prohibiciones a la libertad de expresión que Alemania ha impuesto para evitar que los extremistas vuelvan a llegar al poder —como sucedió en la década de 1930, cuando los nazis utilizaron elecciones democráticas para hacerlo.
Los cuchillos de las tropas de asalto nazis tenían grabada la frase “Todo por Alemania”. Al revivir estas consignas, dicen los oponentes de Höcke, ha buscado hacer más aceptables las ideas fascistas.
En mayo, los jueces declararon culpable a Höcke de utilizar deliberadamente un eslogan nazi y le impusieron una multa equivalente a 13 mil dólares. Fue uno de una serie de casos legales que enfrenta —ninguno de los cuales parece haber frenado a Höcke o su partido. En las recientes elecciones al Parlamento Europeo, el AfD quedó en segundo lugar en Alemania, superando a cualquiera de los partidos gobernantes del País.
Para sus oponentes, personifica un esfuerzo odioso de la extrema derecha por desestigmatizar el pasado nazi del País. Para sus seguidores, es un luchador por la libertad, que intenta recuperar palabras injustamente difamadas y preservar su concepción de una cultura étnica alemana.
En su último día en el tribunal en mayo, Höcke, de 52 años, ex profesor de historia, insistió en que no sabía que estaba usando una consigna de soldado de asalto. Las palabras le llegaron sin planear, dijo, haciendo caso omiso del hecho de que desde que fue acusado, ha persuadido dos veces a multitudes para que le repitan la frase nazi. Antes del juicio, Höcke apareció en un debate televisado, donde insistió en que era intencionalmente tergiversado. Deplora a los nazis, insistió. Y además, argumentó, muchos antes que él utilizaron erróneamente “Todo por Alemania”.
A principios de mayo, pronunció un discurso en la ciudad occidental de Hamm antes de las elecciones europeas. Los tiempos están cambiando en la patria, dijo, y añadió: “Las señales apuntan a una tormenta”.
Esa frase fue usada por un periódico nazi en 1933, en vísperas de la llegada de Hitler al poder.
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