Cubo Rubik, el juguete que sigue causando intriga luego de 50 años

La fascinación global por el intrigante cubo Rubik continúa a 50 años de su creación desde 1974, uniendo a entusiastas y rescatando su impacto cultural

Modelos antiguos del cubo de Rubik y parafernalia en la bodega de Erno Rubik, el inventor del Cubo, en Budapest. (Akos Stiller para The New York Times)

mar 9 de julio de 2024 a las 18:46

Por Siobhan Roberts/The New York Times

En enero, Tomas Rokicki y unos cuantos cientos de otros entusiastas se reunieron en una sala de conferencias en San Francisco. Rokicki, un programador jubilado, había ayudado a organizar una conferencia sobre “matemáticas recreativas serias” para celebrar el 50 aniversario del cubo de Rubik. Erno Rubik, el inventor del cubo, se unió vía video desde el sur de España.

Rokicki le preguntó a Rubik, arquitecto, diseñador, escultor y profesor jubilado húngaro, sobre la primera vez que resolvió el cubo: “¿Resolviste las esquinas primero?”.

Rokicki recomienda la estrategia a la antigüita: emprender un camino solitario y descubrir un método de solución, incluso si lleva semanas o meses. Las esquinas primero es una ruta común, porque una vez que se resuelven las esquinas, las aristas se pueden acomodar. Rubik dijo que sí, hizo las esquinas primero. “Mi método fue la comprensión”, dijo.

Mientras preparaba un curso sobre geometría descriptiva en la década de 1970 y jugueteaba con los cinco sólidos platónicos, quedó particularmente cautivado por el cubo. Pero como escribió en sus memorias del 2020, “Rubik: La increíble historia del cubo que cambió nuestra manera de aprender y jugar”, “nunca se me ocurrió que estaba creando un rompecabezas”.

Presentó una solicitud de patente en enero de 1975 y, en 1977, el “Cubo Mágico” había debutado en las jugueterías de Hungría.

En marzo de 1981, habiendo sido rebautizado el cubo con el nombre de Rubik y llenando las jugueterías estadounidenses, el científico cognitivo Douglas Hofstadter diagnosticó el furor como “cubitis magikia” —”un trastorno mental severo acompañado de picazón en las yemas de los dedos, que puede aliviarse sólo mediante el contacto prolongado con un cubo multicolor”, escribió en Scientific American. “Los síntomas frecuentemente duran meses. Altamente contagioso”, añadió.

En noviembre de 1982, la manía había disminuido. Pero fue resucitada en la década de 1990 por la Red. En el 2023, Spin Master, la empresa de juguetes hoy propietaria de la marca, vendió 7.4 millones de unidades en el mundo, incluyendo el cubo clásico y rompecabezas relacionados.

Se dice que una de cada siete personas en la Tierra ha jugado con el cubo. “Me da esperanza sobre el mundo”, dijo Rubik. “Une a la gente”.

$!Erno Rubik, arquitecto, diseñador, escultor y profesor jubilado húngaro, inventó el cubo de Rubik en 1974. (Akos Stiller para The New York Times)

Rokicki dijo que el cubo tiene unos 43 mil millones de combinaciones de colores. “Una cifra razonablemente grande”, afirmó, posiblemente más que todos los granos de arena del mundo.

Parte del atractivo del rompecabezas es la complejidad que surge de su simplicidad. El cubo se compone de 20 “cubos” más pequeños (ocho esquinas y 12 aristas centrados entre las esquinas) y seis piezas centrales unidas al núcleo. El mecanismo central está anclado por una cruz tridimensional, alrededor de la cual pestañas en las aristas y esquinas encajan de una manera que permite que la estructura gire.

Los cubos muestran 54 facetas coloridas, nueve de seis colores —blanco, rojo, azul, naranja, amarillo y verde. En su estado resuelto, las seis caras del cubo están configuradas de manera que las nueve facetas sean del mismo color. Al girar el rompecabezas se mezclan los colores —en total, hay exactamente 43,252,003,274,489,856,000 posiciones posibles en las que se pueden permutar las facetas.

¿Cuál es el número mínimo de movimientos para resolver incluso las posiciones más revueltas?

Rokicki se propuso calcular esta cantidad, conocida como el número de Dios, en 1999. En el 2010 encontró la respuesta: 20. Contó con ayuda de muchas personas, en particular Herbert Kociemba, un programador alemán, y mucho tiempo computacional donado por Google.

Hasta ahora, todos los sólidos platónicos han sido transformados en variantes de rompecabezas. Y en versiones del original, está la Venganza de Rubik de 4 x 4 x 4, el Cubo del Profesor de 5 x 5 x 5 y el 7 x 7 x 7, el cubo más grande utilizado en competencias de la Asociación Mundial del Cubo. El cubo de 21 por 21 por 21 es el cubo más grande disponible generalmente en el mercado masivo (mil 499.99 dólares). El 256 por 256 por 256 existe en el ámbito virtual, donde fue resuelto por un equipo de seis personas con 633 mil 494 movimientos en un tiempo acumulado de aproximadamente 96 horas.

Rubik dijo preferir la clásica combinación de cubos y colores. “También me encanta el sonido del cubo, el movimiento”, dijo.

Añadió que no le gustaban los rompecabezas que están diseñados simplemente para ser rompecabezas. “Me encanta el contenido tipo acertijo de la vida y del universo tal como es”, dijo.

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