Ejercito europeo crece lentamente para defenderse en próximas guerras
La nueva estrategia de la Unión Europea pide a los países que gasten la mitad de sus presupuestos de defensa en proveedores de la UE para el 2030, y 60 por ciento para el 2035
Después del colapso soviético, se recortaron los presupuestos militares en Europa. Equipo polaco, como el tanque K2.
Por Patricia Cohen y Liz Alderman / The New York Times
El reciente acuerdo entre Francia y Alemania para desarrollar un nuevo tanque multimillonario fue aclamado por Boris Pistorius, el Ministro de Defensa alemán, como “un momento histórico”.
Su entusiasmo era comprensible. Durante siete años, las luchas políticas internas, la rivalidad industrial y el descuido habían frenado el proyecto de construir un tanque de próxima generación, conocido como Sistema Terrestre Principal de Combate.
La invasión rusa de Ucrania sacudió a Europa. Después de que se recortaron los presupuestos de defensa después del colapso de la Unión Soviética, la guerra ha reavivado los esfuerzos de Europa por incrementar su propia capacidad de producción militar y sus arsenales casi vacíos.
Pero enormes obstáculos se interponen en el camino hacia una maquinaria militar más coordinada y eficiente. Amenazan con mermar un rápido fortalecimiento de las capacidades de defensa de Europa.
“Europa tiene 27 complejos industriales militares, no sólo uno”, dijo Max Bergmann, director de programas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte aún fija la estrategia general de defensa y los objetivos de gasto para Europa, pero no controla el proceso de adquisición de equipo. Cada miembro de la OTAN tiene su propia institución, cultura, prioridades y empresas favorecidas de defensa, y cada Gobierno tiene la última palabra sobre qué comprar.
“Incluso cuando compran el mismo tanque alemán, lo construyen de diferentes maneras para que una empresa de defensa nacional pueda estar involucrada”, dijo Bergmann.
Eso fue lo que ha obstaculizado el desarrollo del “tanque del futuro” franco-alemán, que estará operativo —con drones, misiles, computación en la nube y más— para el 2035 o 2040, esperan los países. Las disputas se han extendido a si el cañón principal debería ser de 130 milímetros, favorecido por Alemania, o uno de 140 milímetros desarrollado por Francia.
El desarticulado mercado de defensa dificulta que Europa optimice los costos y garantice que todo sea intercambiable entre las fronteras nacionales.
También hay visiones políticas contrapuestas.
Francia y Alemania, las dos economías más grandes de la Unión Europea, tienen los dos mayores presupuestos de defensa entre los Estados miembros y gastarán un total combinado de 120 mil millones de euros este año. Sin embargo, están en lados opuestos del debate.
Francia, que tiene su propio arsenal nuclear, ha sido la que más ha presionado para que Europa invierta en un Ejército autosuficiente. El Presidente Emmanuel Macron ha hecho un llamado a la “soberanía europea” y “autonomía estratégica” para equilibrar el dominio estadounidense de la OTAN. Y ha expresado las inquietudes que tienen los gobiernos europeos por ser demasiado dependientes de Estados Unidos para su seguridad.
Alemania, que carece de armas nucleares propias y depende de la OTAN, se siente más cómoda con la mancuerna desigual de Europa con Estados Unidos. La vigorosa corriente pacifista que siguió a la Segunda Guerra Mundial sigue profundamente arraigada en la cultura alemana.
Hoy, el esfuerzo por reponer el menguado arsenal europeo está ocurriendo a dos velocidades: países como Polonia y Alemania están comprando aviones de combate, misiles y municiones a Estados Unidos y sus aliados asiáticos, y Francia está presionando para que una industria de defensa “Hecha en Europa” se estimule para incrementar la autosuficiencia.
En los últimos dos años, el 78 por ciento del equipo de defensa adquirido por miembros de la UE fue comprado fuera del bloque —principalmente de fabricantes de armas estadounidenses. La nueva estrategia de la Unión Europea pide a los países que gasten la mitad de sus presupuestos de defensa en proveedores de la UE para el 2030, y 60 por ciento para el 2035.
Con un mosaico de empresas de defensa que rara vez colaboran, Europa opera más de cinco veces los sistemas de armas que Estados Unidos en categorías como tanques, aviones, submarinos y municiones. La industria no puede competir en un estado tan fracturado con gigantes estadounidenses de armamento como Boeing, Lockheed Martin y General Dynamics, dijo Kurt Braatz, portavoz de KNDS, un conglomerado francés y alemán. “Realmente se necesita la consolidación”, afirmó.
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