En abril, Bahréin liberó a más de 1, 500 prisioneros
Gaza había profundizado las tensiones políticas en muchos otros países árabes, poniendo la brecha entre los líderes y sus ciudadanos en el reflector más penetrante en años
Muchos presos políticos de Bahréin fueron encarcelados tras protestas pro democracia en el 2011.
Por Nazeeha Saeed y Vivian Nereim/ The New York Times
Cuando Naji Fateel fue arrestado tras el levantamiento de la Primavera Árabe en Bahréin, su hijo menor, Nidal, apenas caminaba. El mes pasado, cuando salió de prisión, el Nidal que lo saludó era un adolescente.
Fateel, de 49 años, activista de derechos humanos, abrazó a su hijo y emergió a una vida cambiada para siempre. “Fue un momento indescriptible”, dijo.
Fateel fue liberado en abril en un sorpresivo indulto masivo que incluyó a más de mil 500 prisioneros —el mayor indulto desde que inició el reinado del Rey Hamad bin Isa Al Khalifa en 1999.
El Gobierno no reveló cuántas personas siguen encarceladas en Bahréin, un nación insular en el Golfo Pérsico. Pero el Instituto de Bahréin para los Derechos y la Democracia, un grupo de derechos humanos operado por exiliados, estima que el indulto liberó a más de la mitad de la población carcelaria, incluyendo más de 600 presos políticos.
Muchos de ellos fueron encarcelados después de unirse a las protestas pro democracia en el 2011 que evolucionaron hasta convertirse en un levantamiento prolongado que fue aplastado por la monarquía autoritaria.
El Gobierno de Bahréin describió el indulto como un gesto benevolente del Rey en el 25 aniversario de su ascensión. Las personas indultadas, dijo, habían sido condenadas en “casos criminales y de disturbios”, y los funcionarios han negado que haya prisioneros detenidos por razones políticas.
Pero los activistas de derechos humanos bahreiníes creen que todavía hay más de 500 presos políticos y pidieron la liberación de varios líderes de la Oposición. El indulto se produjo dos semanas después de que la muerte de un recluso bahreiní desencadenara protestas entre los presos y en las calles.
La furia por el bombardeo israelí de Gaza había profundizado las tensiones políticas en muchos otros países árabes, poniendo la brecha entre los líderes y sus ciudadanos en el reflector más penetrante en años. Incluso antes de la guerra, dijeron los analistas, Bahréin estaba nervioso debido a las fricciones que han persistido desde que fue sofocado el levantamiento pro democracia.
Los fiscales habían acusado a Fateel de ser un organizador de las protestas de la Primavera Árabe que intentaban deponer al Gobierno. Condenado inicialmente a 15 años, fue acusado de incitar disturbios dentro de prisión y sentenciado a 10 más. Él ha negado los cargos y afirmado que las confesiones se obtuvieron mediante tortura.
Un grupo de trabajo de las Naciones Unidas determinó que su encarcelamiento era arbitrario y que el Gobierno “no logró establecer una base legal” para su detención.
En respuesta, el Gobierno dijo que Fateel era “miembro de una celda terrorista”.
El Gobierno dijo en un comunicado que un programa de reintegración apoyaría a los prisioneros liberados.
Fateel descubrió que la vida exterior había seguido adelante sin él —batallaba para usar un teléfono inteligente e incluso los tenedores parecían novedosos después de años de comer con las manos. No conocía a los maridos de sus hijas y conoció a sus nietos por primera vez.
Aún así, Nabeel Rajab, de 59 años, un activista de derechos humanos de Bahréin que fue liberado de prisión en el 2020, dijo que la liberación de tantas personas era positiva. “El perdón real nos dio la esperanza de un nuevo comienzo”, afirmó.
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