Estados Unidos busca transformar la cadena de suministro de chips
Con inversiones de $800 mil millones, EUA impulsa la producción de chips y tecnología verde, fortaleciendo la seguridad y colaboración global
Corea del Sur subsidia en grande sus industrias nacionales de chips. La fábrica de semiconductores Onsemi en Bucheon.
Edward Wong y Ana Swanson/The New York Times
WASHINGTON — Si la Administración Biden lograra su deseo, se fabricarían muchos más chips electrónicos en fábricas en, digamos, Texas o Arizona. Entonces serían enviados a países socios, como Costa Rica, Vietnam o Kenia, para su ensamblaje final y enviados al mundo para hacer funcionar todo, desde refrigeradores hasta supercomputadoras.
Los funcionarios estadounidenses están tratando de transformar la cadena de suministro mundial de chips y están negociando intensamente para lograrlo. Sostienen que producir más de los cerebros diminutos de dispositivos electrónicos en Estados Unidos ayudará a que el País sea más próspero y seguro.
Una parte clave de la estrategia se está desarrollando fuera de Estados Unidos, donde los funcionarios estadounidenses están trabajando con socios para garantizar que las inversiones en Estados Unidos sean más duraderas.
La Administración quiere mitigar las preocupaciones de seguridad respecto a China, que está aumentando su fabricación de chips al tiempo que amenaza a Taiwán, un centro global de tecnología de chips.
La Administración también busca establecer nuevas cadenas de suministro para tecnología de energía verde, como baterías para vehículos eléctricos, paneles solares y turbinas eólicas.
En el curso de tres años de la Administración Biden, Estados Unidos ha atraído 395 mil millones de dólares de inversión en fabricación de semiconductores y 405 mil millones de dólares para fabricar tecnología verde, dijo Ramin Toloui, profesor en la Universidad de Stanford, en California.
Muchas de las empresas que invierten en Estados Unidos tienen su sede en países asiáticos conocidos por sus industrias tecnológicas —Japón, Corea del Sur y Taiwán, por ejemplo— y en Europa. Uno es SK Hynix, un fabricante sudcoreano de chips que está construyendo una fábrica de 3.8 mil millones de dólares en Indiana.
Pero por ahora, las fábricas de chips del este de Asia ofrecen mejor tecnología, un mayor acervo de ingenieros talentosos y costos más bajos que las fábricas estadounidenses.
Los gobiernos de China, Taiwán y Corea del Sur también están subsidiando agresivamente sus propias industrias de chips.
Los funcionarios estadounidenses están organizando estudios sobre una variedad de países para ver cómo la infraestructura y la fuerza laboral pueden ser elevados a ciertos estándares para garantizar operaciones sin problemas.
Costa Rica, Indonesia, México, Panamá, Filipinas y Vietnam están ahora en el programa.
Martijn Rasser, director general de Datenna Inc., una firma de investigación, dijo que esta red de alianzas era una ventaja estratégica que Estados Unidos tiene sobre China.
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