Estudio sugiere usar calor para combatir hongo letal en ranas

Científicos hallan que crear refugios cálidos puede ser clave para combatir la quitridiomicosis, una enfermedad fúngica que afecta a los anfibios

La rana campanilla verde y dorada, antes abundante en Australia, ahora está en peligro de extinción.

mié 17 de julio de 2024 a las 18:21

Por Emily Anthes/The New York Times

Durante décadas, una enfermedad fúngica mortal —la quitridiomicosis o quitrido— ha estado acabando con los anfibios del mundo. Una estimación arroja que la enfermedad ha extinguido al menos 90 especies de anfibios.

“El quitrido es una pandemia de fauna sin precedentes”, dijo Anthony Waddle, biólogo conservacionista en la Universidad Macquarie, en Sydney, Australia.

Pero el quitrido tiene una debilidad. El hongo principal culpable —Batrachochytrium dendrobatidis o Bd— prospera en climas fríos y no puede soportar el calor. Un nuevo estudio sugiere que los conservacionistas podrían combatir el hongo dándoles a las ranas un hábitat cálido durante el invierno.

La rana campanilla verde y dorada, que solía ser común en el sureste de Australia, ahora está en peligro de extinción en el Estado de Nueva Gales del Sur. En un experimento, Waddle y sus colegas colocaron ranas infectadas con hongos en diversos climas. Algunas ranas pasaron semanas en un clima relativamente frío, en hábitats a 19 grados centígrados. Esas ranas albergaron altos niveles de hongos durante semanas. En los meses siguientes, más de la mitad murió.

Pero las ranas alojadas en ambientes más cálidos, o a las que se les dio acceso a una amplia gama de temperaturas, se recuperaron rápidamente de sus infecciones.

Luego, los científicos apilaron ladrillos llenos de agujeros en recintos exteriores, cubriendo cada pila con un pequeño invernadero. La mitad de los invernaderos estaban expuestos al sol y el resto a la sombra. Las ranas que tuvieron acceso a ladrillos calentados por el sol mantuvieron temperaturas corporales aproximadamente 3.3 grados más altas que las ranas en la sombra. Eso fue suficiente para reducir la cantidad de hongos que albergaban.

$!Las ranas con refugios de ladrillo calentados por el sol tenían menos probabilidades de portar un hongo peligroso.

Las ranas que habían sobrevivido a encuentros anteriores con quitrido también sufrieron infecciones relativamente leves, incluso cuando no se les dio acceso a refugios calentados por el sol.

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