Estudios comparan los olores de adolescentes con los de los bebés
Las diferencias en el olor entre niños pequeños y adolescentes probablemente se deben a cambios impulsados por la pubertad en la producción de sudor y sebo
En un estudio nuevo, científicos recolectaron muestras de olor corporal de 18 adolescentes y 18 niños.
Por Emily Anthes/ The New York Times
Pocos padres describirían los olores que emanan de sus hijos adolescentes como aroma a sándalo. Pero un componente distintivo del olor corporal de los adolescentes es un compuesto que evoca esa fragancia cálida y amaderada, afirma un nuevo estudio que comparó los olores de los adolescentes con los de los bebés y los niños pequeños.
Desafortunadamente, ahí es donde terminan las buenas noticias para los adolescentes (y los padres). Aunque había muchas similitudes entre las sustancias químicas que emanaban de los adolescentes y los niños pequeños, las diferencias tendían a favorecer a los segundos, cuyas muestras de olor corporal tenían niveles más altos de un compuesto con una fragancia floral. Los adolescentes, por otro lado, produjeron un compuesto que olía a sudor y orina y tenía niveles más altos de sustancias descritas como con olor a queso, moho y “tipo chivo”.
Los autores del estudio no llegaron al extremo de decir que los resultados demostraron que los adolescentes olían peor que los bebés. Pero las diferencias “pueden contribuir a un olor corporal menos agradable en los adolescentes”, afirmó Diana Owsienko, quien realizó el estudio como parte de su investigación doctoral en la Universidad de Erlangen-Nuremberg, en Alemania.
El olor corporal es una mezcla de sustancias químicas transportadas por el aire, muchas producidas cuando el sudor y el sebo, una sustancia aceitosa secretada a través de los folículos pilosos, son descompuestos por los microbios de la piel o reaccionan con otros compuestos en el aire. Las diferencias en el olor entre niños pequeños y adolescentes probablemente se deben a cambios impulsados por la pubertad en la producción de sudor y sebo, dijeron los investigadores.
El estudio se basó en muestras de olor corporal de 18 niños menores de 3 años y 18 adolescentes que habían pasado por la pubertad.
Las muestras de olores de niños pequeños contenían la mayoría de las mismas sustancias químicas que las muestras de los adolescentes. Pero dos compuestos, ambos esteroides, estaban presentes sólo en las muestras de adolescentes. Glándulas sudoríparas que no se activan hasta la pubertad secretan precursores de estos compuestos, que los microbios de la piel convierten en esteroides.
Cuidadosas inhalaciones de los esteroides revelaron que uno de los compuestos olía a sándalo y almizcle. El otro también tenía cualidades parecidas al almizcle, con la desafortunada adición de aromas parecidos a sudor y orina.
Los adolescentes también tenían niveles más altos de compuestos llamados ácidos carboxílicos. Estos están contenidos en el sebo, que también incluye otros compuestos que pueden convertirse en ácidos carboxílicos vía microbios o diversos procesos químicos. La producción de sebo aumenta durante la pubertad. Los investigadores teorizan que los dos esteroides almizclados más los niveles más altos de ácidos carboxílicos pueden ser la razón por la que el olor corporal de los adolescentes puede ser desagradable para algunos.
“Creo que es difícil determinar que un olor siempre es agradable para todos y que otro olor siempre es desagradable”, dijo Owsienko. “Así que esto es una suposición”.
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