La guerra en Rusia está en la tv, pero no en la calle
Cuando se les preguntó sobre los mayores problemas que enfrenta Rusia, más de la mitad dijo aumentos de precios. La guerra con Ucrania quedó en segundo lugar.
Para muchos en Moscú, poco ha cambiado desde que comenzó la guerra. En la Escuela de Equitación del Kremlin.
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Por: Valerie Hopkins / The New York Times
Moscú. Los trenes del metro funcionan sin problemas en Moscú, como de costumbre, pero moverse por el centro de la Ciudad en auto se ha vuelto más complicado porque el radar anti-drones interfiere con las apps de navegación.
Hay moscovitas acomodados dispuestos a comprar autos de lujo occidentales, pero no hay suficientes disponibles. Y aunque recientemente se celebró una elección para Alcalde, muchos residentes decidieron no votar, con el resultado aparentemente predeterminado.
Diecinueve meses después de que Rusia invadió Ucrania, los moscovitas están experimentando una doble realidad: la guerra se ha desvanecido a ruido de fondo, causando pocos trastornos importantes y, sin embargo, sigue siempre presente en su vida diaria.
Moscú estaba llena de banderas rojas, blancas y azules para la celebración anual de su cumpleaños, el número 876. Sus líderes celebraron la ocasión con una exposición de un mes de duración que finalizó el 10 de septiembre. Con el holograma más grande del País, mostró a la Ciudad de 13 millones de habitantes como una metrópolis que funciona sin problemas y con un futuro brillante. Según los organizadores, más de 7 millones de personas la visitaron.
Hay poca ansiedad por los ataques con drones que han afectado a Moscú este verano. Grúas salpican el horizonte y hay rascacielos edificándose en toda la Ciudad. Nuevas marcas, algunas nacionales, han reemplazado a las tiendas insignia como Zara y H&M, que abandonaron el País después de que comenzó la invasión en febrero del 2022.
"Seguimos trabajando, viviendo y criando a nuestros hijos", dijo Anna, de 41 años, mientras pasaba junto a un memorial en la acera en honor a Yevgeny V. Prigozhin, el fallecido líder mercenario del Grupo Wagner. Dijo que trabajaba en un ministerio del Gobierno y, al igual que otros entrevistados, no dio su apellido por temor a represalias.
Pero para algunos, los efectos de la guerra pegan con más fuerza. Nina, de 79 años, una jubilada que estaba comprando en un supermercado en el noroeste de Moscú, dijo que había dejado de comprar carne roja y que casi nunca podía permitirse el lujo de comprar un pescado entero. "En septiembre los precios subieron muchísimo", afirmó.
Nina dijo que las sanciones y los proyectos de construcción eran algunas de las razones del aumento de los precios, pero la razón principal era "porque se gasta mucho en la guerra.
"¿Por qué la empezaron?", añadió. "Qué carga para el País, para la gente, para todo. Y está desapareciendo gente —particularmente hombres".
Cuando se les preguntó sobre los mayores problemas que enfrenta Rusia, más de la mitad de los encuestados en un sondeo reciente realizado por el Centro Levada independiente mencionó aumentos de precios. La guerra, conocida en Rusia como la "operación militar especial", quedó en segundo lugar, con un 29 por ciento, empatada con "corrupción y soborno".
La elección de Alcalde subrayó la transformación de la política rusa. Hace una década, el político de la Oposición Aleksei A. Navalny se presentó como candidato contra Sergei S. Sobyanin. Ahora Navalny está en prisión y no hubo competencia real para Sobyanin, quien ganó un tercer mandato con el 76 por ciento de los votos. Otros partidos presentaron un candidato, pero todos son considerados partidos de "oposición sistémica", o grupos en el Parlamento nominalmente de Oposición, pero que alinean sus políticas con el Kremlin.
Las elecciones en Moscú y en más de 20 regiones rusas se consideran como un ensayo para las elecciones presidenciales de marzo. Presidente Vladimir Putin no ha declarado su candidatura, pero se espera que contienda. Mientras preside una guerra sin fin a la vista, las autoridades han trabajado para limitar las expresiones públicas de disidencia.
"Esta guerra está principalmente en la televisión o en los canales de Telegram, pero no en la calle, y ni siquiera se habla de ella en cafés y restaurantes, porque es peligroso, porque las leyes que se han adoptado son represivas", dijo Aleksei A. Venediktov, quien dirigió la estación de radio liberal Eco de Moscú antes de que el Kremlin la cerrara el año pasado.
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