Hay más células vivas en la Tierra que estrellas en el universo
Geología y evolución han estado en una danza durante 3.8 mil millones de años, desde que nuestro planeta tenía 700 millones de años.
Científicos creen que hay más células vivas en la Tierra —un millón de billones de billones— que estrellas en el universo.
Por Dennis Overbye / The New York Times
De acuerdo con un cálculo reciente de biólogos y geólogos, hay más células vivas en la Tierra —un millón de billones de billones, un 1 seguido de 30 ceros— que estrellas en el universo o granos de arena en nuestro planeta.
La mayoría de las células son microbios; muchas son cianobacterias, las diminutas burbujas de energía y química que se mueven en las plantas y en los mares armando la vida y extrayendo luz solar para producir oxígeno.
“La gran conclusión es que esto realmente coloca a la Tierra como un punto de referencia para la planetología comparativa”, dijo Peter Crockford, geobiólogo en la Universidad Carleton, en Ottawa, y autor principal del reporte, publicado en la revista Current Biology.
El hallazgo “nos permite plantear interrogantes de forma más cuantitativa sobre trayectorias alternativas que la vida podría haber tomado en la Tierra”.
Geología y evolución han estado en una danza durante 3.8 mil millones de años, desde que nuestro planeta tenía 700 millones de años. Fue entonces cuando aparecieron las primeras criaturas unicelulares, quizás en respiraderos volcánicos bajo el mar.
Las semillas de la vida animal fueron sembradas cuando algunas bacterias aprendieron a echar mano de la luz solar para dividir las moléculas de agua y producir oxígeno y azúcar. Hace 2 mil 400 millones de años, cuando la fotosíntesis estaba bien establecida, la cantidad de oxígeno en la atmósfera comenzó a aumentar marcadamente.
Sin embargo, la fotosíntesis es sólo una hebra en una red de ciclos de retroalimentación geológica mediante los cuales el clima, los océanos, los microbios y los volcanes mantienen el planeta estable y cálido y permiten que crezca la vida.
El ciclo del carbonato-silicato, por ejemplo, regula la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera; el gas atrapa el calor y mantiene el planeta templado y en gran medida estable. La lluvia arrastra el dióxido de carbono del aire al océano; los volcanes lo expulsan nuevamente.
Como resultado, estiman Crockford y sus colegas, un billón de gigatoneladas de carbono han pasado por un ciclo de gas a vida y viceversa a lo largo de miles de años.
El auge de las cianobacterias desencadenó la Explosión Cámbrica hace unos 550 millones de años, cuando criaturas multicelulares aparecieron en repentina profusión en el registro fósil.
Los investigadores rastrearon el crecimiento de la población de células a través del tiempo midiendo los isótopos minerales y la cantidad de oxígeno en rocas viejas. Estimaron la vida total que la Tierra ha producido desde su inicio —alrededor de 10^40 células, unos 10 mil millones de veces más de las que existen actualmente.
Este número representa sólo el 10 por ciento de todas las células que se formarán para cuando caiga el telón de la vida en la Tierra dentro de mil millones de años. A medida que envejece el Sol, brillará más, amplificando la erosión y eliminando el dióxido de carbono, explican astrónomos. Al mismo tiempo, a medida que el interior de la Tierra se enfríe, la actividad volcánica disminuirá, interrumpiendo la reposición de gases de efecto invernadero.
En cuanto a otros planetas, sólo tenemos información básica sobre su habitabilidad. Algunos de los candidatos con más probabilidades de albergar vida son las lunas de Saturno y Júpiter, mundos oceánicos cubiertos de hielo, apuntó
Crockford.
© 2023 The New York Times Company