Honran la muerte de trabajadores ignorados
Las apps de entregas ofrecen ingresos a aquellos cuyo estatus migratorio les complica tener ayuda gubernamental. Aunque el peligro del trabajo es evidente
Una bicicleta pintada de blanco es homenaje a Félix Patricio Teófilo en Manhattan, cerca de donde perdió la vida.
Por Orlando Mayorquín / The New York Times
Después de que la banda de metales guardó sus instrumentos, Sergio Solano y otros dos trabajadores de reparto de comida rodaron una bicicleta blanca hasta un paso elevado cerca de la sede de la ONU.
Un compañero de trabajo había muerto ese septiembre en otro accidente de bicicleta en Manhattan. Repartir comida ha demostrado ser una ocupación mortal para muchos. Andando en bicicleta a todas horas, son atropellados por autos y corren el riesgo constante de sufrir accidentes y ser víctimas de la delincuencia.
La bicicleta pintada rendía homenaje a Félix Patricio Teófilo, un inmigrante mexicano que, como ellos, se ganaba la vida pedaleando para repartir comida. La encadenaron a un barandal a poca distancia de donde murió.
Solano, de 39 años, estaba cumpliendo lo que ahora considera una misión: poner en relieve en la muerte vidas que estaban relegadas a las sombras.
A finales del 2020, Solano y familiares que también son repartidores iniciaron la página de Facebook “El Diario de Los Deliveryboys en La Gran Manzana”. La página actuaría como una red de apoyo, un espacio para alertar sobre robos de bicicletas, accidentes de tráfico y encuentros discriminatorios reportados por inmigrantes de habla hispana que desafían el frenesí urbano para satisfacer los antojos de comida a domicilio del neoyorquino.
Pronto quedó claro que el proyecto contaría una historia mayor: compañeros mueren con regularidad en el trabajo. Más de 40 han muerto, dentro y fuera del trabajo, desde que se puso en marcha la página, dijo Solano.
En cuanto a Patricio, se golpeó la cabeza contra una banqueta en un choque solo.
Las apps de entregas ofrecen ingresos viables para aquellos cuyo estatus migratorio complica obtener ayuda gubernamental.
Sin embargo, pronto se volvieron evidentes los peligros del trabajo. En la página de Deliveryboys, una serie de fotografías muestra los nombres y rostros de los caídos. La mayoría era de México o Guatemala y eran parte de un cuerpo estimado de 65 mil repartidores de comida en NY.
El trabajo se ha convertido en uno de los más mortales. Un reporte de la Ciudad de finales del 2022 decía que la tasa de mortalidad entre los trabajadores de reparto de alimentos que no usan un auto fue de 36 muertes por cada 100 mil trabajadores entre enero del 2021 y junio del 2022. Esa tasa superó a la de los trabajadores de la construcción (7 muertes por cada 100 mil).
En la vigilia de Patricio, una transmisión en vivo de la banda atrajo miles de visitas. Solano dijo que los homenajes dan a los seres queridos la oportunidad de llevar su duelo desde lejos.
También sirven como reconocimiento para personas que a menudo son ignoradas, afirmó.
“A los ojos de la sociedad, no existen”, afirmó. “Empiezan a existir cuando empiezas a darles visibilidad”.
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