Kazajstán abastece de níquel y otros minerales a China y a países de occidente

La inversión en níquel de Kenges Rakishev refuerza la economía de Kazajistán, logrando abastecer la creciente demanda de China y otros países de Occidente

Kazajstán ha surgido como un gran proveedor de níquel, cobre y otros minerales. Una mina en Karaganda. (Chang W. Lee/The New York Times)

mar 30 de julio de 2024 a las 19:23

Por Daisuke Wakabayashi/The New York Times

ASTANA, Kazajstán — Kenges Rakishev, uno de los hombres más ricos de Kazajstán, descendió de un jet privado y abordó el primer coche de un convoy de camionetas SUV. Los vehículos pasaban a toda velocidad por la estepa nevada del este de Kazajstán a 145 kilómetros por hora.

Rakishev apuntó al panorama vacío. “Nada, ¿verdad?”, dijo con una risa. “Pero es una oportunidad única”.

Esa oportunidad está en el níquel, un mineral clave utilizado en vehículos eléctricos y otras tecnologías de energía limpia. Kazajstán tiene mucho níquel y Rakishev está invirtiendo decenas de millones de dólares para extraerlo.

La transición del mundo a la energía renovable requiere enormes cantidades de níquel, cobre, litio y otros minerales críticos. Kazajstán tiene muchos de ellos y China, el mayor productor de baterías y vehículos eléctricos, está justo al lado y ansiosa por comprar.

“Todo se va a China”, señaló Rakishev, de 44 años.

Kazajstán, una ex república soviética, colinda con Rusia y China y mantiene estrechos vínculos comerciales con Rusia, pero China es un cliente mucho más grande de los minerales críticos de Kazajstán. Kazajstán declaró que también estaba cortejando a compradores de Occidente.

En años recientes, Kazajstán ha firmado pactos con la Unión Europea y Gran Bretaña para cooperar en minerales críticos. Estados Unidos sostuvo conversaciones iniciales con Kazajstán y otros países de Asia Central este año.

Beijing ha invertido miles de millones de dólares, en su mayoría como parte de su iniciativa de política exterior Cinturón y Ruta de la Seda en la modernización de ferrocarriles y otras infraestructuras kazajas para establecer rutas comerciales más fáciles hacia Europa, un socio comercial esencial de China.

En la frontera China-Kazajstán, los dos países construyeron Khorgos Gateway, el puerto más grande del mundo utilizado exclusivamente para el manejo de contenedores de carga transportados por trenes.

En la frontera oeste de Kazajstán a lo largo del Mar Caspio, China invirtió en un centro de contenedores en la ciudad portuaria de Aktau.

Esta es ahora una alternativa ferroviaria para enviar mercancías de China a Europa en la mitad del tiempo que tarda el transporte marítimo de mercancías de Shanghai a Rotterdam, Países Bajos.

La influencia económica de China ahora es evidente en todo Kazajstán. En Almaty, la ciudad más rica de Kazajstán, aparecen nuevas concesionarias de vehículos eléctricos chinos.

Durante una visita a Kazajstán en julio, Xi Jinping, el líder de China, dijo que los dos países habían acordado duplicar su comercio bilateral “tan pronto como sea posible” al cultivar el crecimiento y la cooperación en rubros como minerales importantes.

$!Hidróxido de níquel, muy usado en baterías de vehículos eléctricos, recolectado en el este de Kazajstán. (Chang W. Lee/The New York Times)

No obstante, existe un fuerte sentimiento antichino y desconfianza entre algunos kazajos —especialmente entre los que no integran la clase política o la élite empresarial. La detención por parte de China de uigures y miembros de otros grupos mayoritariamente musulmanes, entre ellos kazajos étnicos, en campos de Xinjiang ha exacerbado el recelo. Alrededor de dos tercios de la población de Kazajstán es musulmana.

En un discurso nacional el año pasado, Kassym-Jomart Tokayev, el Presidente de Kazajstán, dijo que quería priorizar el desarrollo de metales raros y de tierras raras, a los que llamó el “nuevo petróleo”. En lo que va de año, el número de licencias de exploración en Kazajstán se perfila a casi duplicar la cantidad anual promedio otorgada durante los seis años anteriores.

La compañía de Rakishev, Kaznickel, produce níquel y cobalto en la región de Abay, en el este de Kazajstán. El proyecto no se parece en nada a las minas a cielo abierto en países como Indonesia.

En campos cubiertos de nieve fresca, pozos salen del suelo aproximadamente cada metro. Kaznickel inyecta una solución química en el suelo a través de las aberturas. El níquel se disuelve en la solución, que luego es bombeada a la superficie y procesada en una bodega de metales junto al sitio.

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