Ko Maung Saungkha, el poeta que se convirtió en comandante rebelde en Myanmar

Maung Saungkha, poeta y líder rebelde, dirige a nuevos reclutas en Myanmar, donde la poesía y la guerra se entrelazan en la lucha contra la dictadura

Ko Maung Saungkha (centro) usa poesía para inspirar a reclutas a unirse al Ejército Bamar de Liberación Popular. (Daniel Berehulak/The New York Times)

vie 2 de agosto de 2024 a las 21:35

Por Hannah Beech/The New York Times

ESTADO DE KAYIN, Myanmar — Esta primavera, en lo profundo de las sofocantes selvas de Myanmar, un comandante rebelde se paró frente a 241 reclutas para el primer día de entrenamiento básico.

El comandante, Ko Maung Saungkha, ha reunido un ejército de mil soldados —parte de una resistencia que lucha contra una dictadura militar impopular. No obstante, su formación no es militar.

En vez de ello, es un poeta, uno de al menos tres que encabezan las fuerzas rebeldes en Myanmar e inspiran a los jóvenes a luchar en una brutal guerra civil.

“En nuestra revolución, necesitamos que todos se unan, incluso los poetas”, declaró Maung Saungkha.

Sin embargo, Maung Saungkha dio a sus nuevos reclutas un discurso carente de adornos literarios. Los soldados podrán haber sido atraídos por su presencia en redes sociales, cuidada para apelar a ideales románticos de resistencia, o por la orden de la junta militar de reclutar a todos los hombres y mujeres jóvenes. Pero ningún verso en rima los salvaría en batalla; tenían que aprender a disparar y a luchar.

En el curso de las siguientes horas, más de una docena de reclutas se desplomarían por calor, agotamiento o nerviosismo. Ko Rakkha, un poeta que es el sargento instructor en jefe de Maung Saungkha, mantuvo a los soldados en movimiento. De lo contrario, no estarían listos para el frente en tres meses, aseguró.

Myanmar está fascinado por la poesía. Los poetas son celebridades que reciben el tipo de adulación que en otros lugares se reservaría a actores o atletas. Y el verso, pronunciado en rimas contundentes facilitadas por el idioma birmano, durante mucho tiempo ha sido político y utilizado para unir a las masas.

Antes de que la junta militar de Myanmar tomara el control total del País hace tres años, Maung Saungkha, de 31 años, se había hecho de una reputación como un prodigio literario, de pie frente al Ayuntamiento de Yangon, la ciudad más grande de Myanmar, recitando su poesía antibélica.

Sin embargo, el golpe militar del 2021, que desplazó a un liderazgo civil y puso fin a todas las reformas políticas, lo cambió. “Las palabras son armas poderosas”, comentó. “Pero contra los militares, necesitamos armas reales porque ellos no luchan de manera justa”.

Siguiendo la tradición de los poetas de Myanmar, Maung Saungkha se apresuró a oponerse a la toma de poder por parte de la junta.

$!Ko Maung Saungkha reunió un ejército de mil soldados que luchan contra la junta militar de Myanmar. (Daniel Berehulak/The New York Times)

Anteriormente, cuando gran parte de la dirigencia política del País ignoró o justificó la persecución militar de musulmanes rohingya, Maung Saungkha defendió al grupo minoritario. En el 2015, estuvo seis meses en prisión por escribir un poema en el que yuxtaponía a un líder nacional con genitales masculinos.

Desde el golpe de Estado, al menos media docena de poetas han sido asesinados, mientras la junta aplasta la disidencia. Más de 30 poetas fueron encarcelados como consecuencia del golpe, informa la Unión Nacional de Poetas.

Con la ayuda de milicias étnicas de mucho tiempo, el movimiento rebelde ahora reclama control de más de la mitad de Myanmar. Luego de una ofensiva concertada el otoño del año pasado, la resistencia ahora amenaza importantes áreas urbanas.

Aun así, el corazón del País sigue bajo el control de la junta. Y aunque la resistencia afirma que el número de bajas en el ejército de Myanmar es elevado, también están muriendo muchos soldados rebeldes.

“Si te sientes cansada, piensa en las personas que han sido asesinadas y encarceladas”, dijo Maung Saungkha. “Luchamos por ellas”.

Suavizó su voz. Ella estaría bien, le aseguró él.

© 2024 The New York Times Company

Tags:

Notas Relacionadas