Lideres del mundo rechazan el status quo en elecciones
La inflación vertiginosa, el desempleo crónico y el crecimiento desigual han ampliado la desigualdad en India, Turquía y otros lugares, frustrando a los electores
El Primer Ministro Narendra Modi de India fue reelecto este mes, pero perdió la mayoría de su partido en el Parlamento.
Por Mark Landler/ The New York Times
LONDRES — En India, un líder poderoso gana otro mandato, pero ve cómo se desvanece la mayoría de su partido. En Sudáfrica, el partido gobernante es humillado por los electores por primera vez desde el fin del apartheid. En Gran Bretaña, un insurgente populista irrumpe en unas elecciones que se perfilan como una derrota aplastante para los conservadores que gobiernan desde hace mucho tiempo.
Si hay un hilo conductor a mitad de este año global de elecciones, es el deseo de los electores de enviar una fuerte señal a los poderes fácticos —si no una limpieza total, sí una desafiante sacudida al status quo.
Incluso en México, donde Claudia Sheinbaum, científica climática y sucesora elegida personalmente por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, fue electa el 2 de junio, los electores estaban recompensando a las fuerzas que habían desarraigado al establishment del País apenas seis años antes.
Con más de mil millones de personas acudiendo a las urnas en más de 60 países, algunos analistas temían que 2024 representara una prueba para la democracia —una prueba que podría fracasar. Durante años, los líderes populistas y caudillos han debilitado las instituciones democráticas.
En algunas de las democracias más grandes y frágiles, líderes como el Primer Ministro Narendra Modi, de la India, y el Presidente Recep Tayyip Erdogan, de Turquía, habían sido considerados casi invencibles, recurriendo al nacionalismo o al sectarismo para movilizar a sus partidarios.
Sin embargo, ahora a Modi y Erdogan les han cortado las alas. La inflación vertiginosa, el desempleo crónico y el crecimiento desigual han ampliado la desigualdad en India, Turquía y otros lugares, frustrando a los electores.
“Tenemos sistemas electorales que están produciendo resultados que los partidos gobernantes no querían”, dijo Ben Ansell, profesor de instituciones democráticas comparativas en la Universidad de Oxford. “Todos han sido desestabilizados por un entorno económico complicado”.
Modi y Erdogan permanecen en el poder, cada uno ahora en su tercer mandato. Pero el partido nacionalista hindú Bharatiya Janata de Modi perdió docenas de escaños y tendrá que gobernar en coalición con dos partidos seculares. La Oposición turca asestó un golpe al Partido Justicia y Desarrollo de Erdogan en abril, ganando una serie de elecciones locales y solidificando su control de Estambul y la capital, Ankara. “En muchos países donde se ha hablado de retroceso, es allí donde hemos visto una recuperación”, dijo Ansell.
Es peligroso generalizar. El Presidente Vladimir V. Putin de Rusia obtuvo el 88 por ciento de los votos en una aplastante victoria en la reelección en marzo que habló menos del sentimiento público ruso y más de la capacidad de un autócrata, sin oposición significativa, para montar un espectáculo de apoyo a su guerra en Ucrania.
Los partidos de extrema derecha obtuvieron buenos resultados en las elecciones al Parlamento Europeo. Pero esto no puso en peligro el centro político.
Aún así, el éxito de figuras de extrema derecha como Giorgia Meloni, la Primera Ministra de Italia, da fe del atractivo del populismo.
Las elecciones generales británicas se vieron sacudidas el 3 de junio cuando Nigel Farage, un político populista y activista pro-Brexit, anunció que se postularía para un escaño en el Parlamento bajo la bandera de su partido Reform U.K., que tiene un estridente mensaje antiinmigración.
Algunos analistas sostienen que fuerzas igualmente disruptivas están impulsando la carrera presidencial en EU, donde una economía comparativamente sana y las ventajas de ya estar en el poder no han librado al Presidente Joseph R. Biden Jr., que enfrenta un desafío de Donald J. Trump. “No se trata de izquierda contra derecha, sino de status quo contra cambio”, dijo Frank Luntz, un estratega político estadounidense.
Esa sensación es aguda en Sudáfrica, donde el Congreso Nacional Africano ha gobernado desde el inicio de la democracia allí en 1994, acumulando mayorías incluso cuando la economía y la infraestructura social se desmoronaban. Este mes, los electores finalmente se rebelaron, reduciendo el porcentaje de votos por el ANC al 40 por ciento, contra 58 por ciento en las últimas elecciones nacionales del 2019.
Las elecciones de India fueron una revuelta anti-gobernante comparable, incluso si el partido BJP de Modi sigue siendo con amplio margen el partido más grande en el Parlamento. Los resultados arrojaron que Modi, de 73 años, perdió su mayoría por primera vez desde que asumió el cargo en el 2014. Los analistas dijeron que eso reflejaba la insatisfacción con la forma en que se han compartido los frutos de la economía de India. Si bien el crecimiento de India la ha convertido en la envidia de sus vecinos, esas riquezas no han llegado a sus cientos de millones de pobres.
© 2024 The New York Times Company