Mannheim: ataque mortal enciende debate sobre inmigración en Alemania

Mannheim en crisis tras ataque mortal. La muerte de un policía en un mitin antiislamista aviva propuestas antiinmigrantes y manifestaciones en la ciudad

El Presidente Frank-Walter Steinmeier coloca una corona para el oficial Rouven Laur en la Plaza del Mercado.

sáb 27 de julio de 2024 a las 22:30

Por Christopher F. Schuetze y Sarah Maslin Nir/The New York Times

MANNHEIM, Alemania — La frondosa Plaza del Mercado, rodeada de restaurantes de comida de Medio Oriente en una tranquila ciudad donde casi la mitad de los residentes tiene origen inmigrante, pareciera ser el último lugar que incitaría la más reciente oleada explosiva de repudio nacionalista de Alemania.

Sin embargo, fue en Mannheim donde fiscales dicen que un hombre afgano apuñaló a seis personas en mayo en un mitin antiislamista, causando la muerte de un policía. No se había determinado un móvil. Pero la muerte y el hecho de que se hubiera negado la solicitud de asilo del hombre acusado hace años desataron llamados a favor de la expulsión de algunos refugiados. Tales sentimientos alguna vez fueron vistos como mensajes reservados en su mayoría para la extrema derecha.

Que esto sucediera en Mannheim, una comunidad de más de 300 mil habitantes, ha sacudido a Alemania. Ha sido particularmente doloroso para la población musulmana de la Ciudad donde, de acuerdo con cálculos, casi una de cada cinco personas tiene ascendencia turca.

Días después de la muerte del oficial de Policía, Rouven Laur, de 29 años, Mannheim se convirtió en el punto de referencia para un diluvio de propuestas antiinmigrantes —algunas de ellas otrora relegadas a la derecha más extrema

Algunas de las plazas de la Ciudad se vieron rebasadas por manifestaciones tanto del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania, o AfD, como por contraprotestas. El AfD se sintió envalentonado por el hecho de que su postura de línea dura estaba siendo adoptada por sus enemigos, entre ellos el Canciller, dijeron muchos asistentes.

Desde la ventana de su oficina con vista a la Plaza del Mercado donde tuvo lugar el ataque, Semra Baysal-Fabricius, una abogada, dijo haber observado aterrada las repercusiones de ese día en mayo.

El hombre acusado del ataque, a quien la Policía llamó Sulaiman A., de 25 años, fue baleado por la Policía. Tras varias semanas, ha sido trasladado del hospital a la cárcel.

Baysal-Fabricius teme ahora por su hijo de 14 años, quien es alemán. Le preocupa que se convierta en objetivo debido a sus rasgos morenos.

“Siempre existió este debate sobre la migración”, señaló. “Ahora tenemos la sensación de que todo el debate está cambiando debido a cosas como esta”.

Sulaiman A. llegó a Alemania en el 2014 en busca de asilo, una petición que fue rechazada, dijeron las autoridades. Se casó con una ciudadana alemana con quien tuvo dos hijos, lo que le dio el derecho a permanecer en el País, mas no la ciudadanía.

El Gobierno alemán se había negado durante mucho tiempo a devolver refugiados a ciertos países considerados demasiado peligrosos incluso cuando sus solicitudes de asilo no tenían éxito.

Tras los acontecimientos en Mannheim, un creciente coro ha acogido la posibilidad de deportar a quienes no pasen la prueba para recibir asilo.

El año pasado, los refugiados, quienes conforman menos del 4 por ciento de la población, fueron responsables de alrededor del 7 por ciento de los delitos en el País, muchos de ellos delitos menores, de acuerdo con la Policía federal.

Los buscadores de asilo son responsables de alrededor de un 10 por ciento de los “delitos contra la vida”, los cuales incluyen homicidio, pero también abortos ilegales. Sin embargo, los ataques perpetrados por ellos a menudo reciben una atención desmedida.

© 2024 The New York Times Company

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