Melania Trump rehúye de los reflectores
Melania Trump hace breves apariciones con su esposo Donald Trump en funciones benéficas en Mar-a-Lago, su club privado y residencia en Florida.
En su vida posterior a la presidencia, Melania Trump ha buscado privacidad.
Desde que dejó la Casa Blanca, el mundo de Melania Trump se ha vuelto más pequeño.
Exactamente como a ella le gusta. Enclaustrada detrás de las puertas de sus casas en Florida, Nueva York y Nueva Jersey, se apega a un pequeño círculo —su hijo, sus padres y algunos amigos. A veces se reúne con su esposo para la cena del viernes por la noche en sus clubes. Pero su objetivo más ferviente es ayudar a su hijo, Barron, de 17 años, con su búsqueda universitaria.
A diferencia de sus predecesoras, no tiene planes de una gira de conferencias, un libro o extender sus esfuerzos caritativos.
Lo que quiere Melania Trump es privacidad. Sin embargo, su marido la ha vuelto a convertir en la esposa de un candidato. Mientras Donald J. Trump enfrenta una cuarta acusación, ella se ha mantenido en silencio sobre su peligro legal.
Si bien ella apoya su candidatura presidencial, no ha hecho presencia en la campaña desde que Trump anunció su candidatura en noviembre. Tampoco ha estado a su lado en sus comparecencias ante el tribunal. Ella no pronunció una palabra pública sobre su nuevo esfuerzo presidencial hasta mayo, cuando lo respaldó en una entrevista con Fox News Digital: “Tiene mi apoyo y esperamos restaurar la esperanza en el futuro”.
Su ausencia es una notable diferencia respecto a la primera campaña de Trump, cuando ella descendió la escalera mecánica dorada adelante de su esposo en el arranque de su campaña en la Torre Trump en Nueva York. Melania Trump sigue siendo amiga de un pequeño grupo de personas de su tiempo en la Casa Blanca y sigue teniendo una relación estrecha con sus padres, que tienen un departamento en la Torre Trump.
“Desde su punto de vista y el de sus amistades, ha pasado por mucho y ha salido de ello como una mujer fuerte e independiente”, dijo R. Couri Hay, publicista y antiguo conocido de Melania Trump en Nueva York. “Aprendió a cerrar la puerta y las persianas y permanecer en privado”.
Melania Trump rechazó una solicitud de entrevista. La mayoría de los entrevistados hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a hablar sobre su vida privada.
Personas cercanas a la familia dicen que su falta de apoyo público no debe malinterpretarse como desaprobación o indiferencia. Ella comparte la creencia de su esposo de que su familia ha sido atacada injustamente. Ella se muestra particularmente escéptica respecto al caso de E. Jean Carroll, quien ganó 5 millones de dólares en daños en un juicio que acusaba a Trump de abuso sexual en la década de 1990 y difamación después de que él dejó la Casa Blanca, según dos personas.
Ocasionalmente, Melania Trump hace breves apariciones con su esposo en funciones benéficas en Mar-a-Lago, su club privado y residencia en Florida. Pero su agenda pública ha sido limitada.
En febrero del 2022, Melania Trump estableció “Fostering the Future”, un programa de becas para niños que salen del sistema de hogares de acogida por su edad. Una persona familiarizada con el programa no ofreció detalles y sólo dijo que se han otorgado “más de dos” becas.
La mayor parte de su perfil público se centra en la venta de tarjetas digitales. Sus NFTs, o tokens no fungibles, incluyen dibujos digitales de sus ojos y un sombrero de ala ancha que usó durante una visita de Estado. La mayoría de sus tuits y publicaciones en Instagram promocionan los NFTs.
Una parte de sus ganancias se dona, aunque sus asistentes no proporcionaron detalles.
La empresa lucrativa de Melania Trump difiere de las memorias y los discursos pagados de sus predecesoras, dijo Kate Andersen Brower, autora de “First Women: The Grace and Power of America’s Modern First Ladies”.
Al simplemente vender imágenes, Melania Trump no revela nada.
“Aprendió a cerrar la puerta y las persianas y permanecer en privado”.
© 2023 The New York Times Company