Esta Batichica luchaba contra el crimen en bikini

Por Nicolás Rapold / The New York Times

Hay problemas en la soleada Acapulco. Alguien está arrebatando a los poderosos y queridos luchadores de la Ciudad. Aparecen muertos. Nadie sabe cómo ni por qué está sucediendo. Pero la policía sólo confía en una persona para un caso tan grave: la Mujer Murciélago.

Esa es la premisa de “La Mujer Murciélago”, una película mexicana de 1968 protagonizada por Maura Monti como la heroína enmascarada (y en traje de baño). El cine popular de este tipo en México no ha recibido el mismo respeto que los clásicos de la Época de Oro de la industria en las décadas de 1940 y 1950. Pero la reciente atención de la crítica y las nuevas restauraciones han colocado a estas películas de nuevo bajo los reflectores. “La Mujer Murciélago” destaca como entretenimiento bonachón, protagonizado por una estrella con un encanto natural.

Las películas de luchadores, como las protagonizadas por la estrella de la lucha libre El Santo, eran un elemento infaltable en los cines mexicanos, con luchadores como superhéroes venciendo monstruos. Pero “La Mujer Murciélago” añade algunos giros. El personaje de Monti, Gloria, pelea contra el crimen, practica la lucha y da clases en un gimnasio, pero también parece ser una mujer rica que hace exactamente lo que quiere, que en este caso significa luchar contra un científico loco obsesionado con crear un híbrido de hombre y pez.

“En el cine mexicano ves a mujeres haciendo papeles de sumisas, como si no merecieran nada”, dijo Viviana García Besné, quien encabezó la restauración de “La Mujer Murciélago” a través de su compañía Permanencia Voluntaria. “¡Me encanta el hecho de que ésta sea una mujer que es una heroína!”.

El abuelo de García Besné ayudó a introducir las películas de luchadores. Pero ella le da crédito a su abuela por sugerir que probaran con luchadoras como personajes. Eso llevó a una serie de películas que culminaron con la heroína híbrida de “La Mujer Murciélago”.

Monti presenta una figura despreocupada como la Mujer Murciélago, descendiendo en paracaídas a una playa para reunirse con la policía. Eso es parte del encanto de la cinta: la forma elegante, pero práctica, en que hace las cosas y el rapport que tiene con sus amigos investigadores. La acción —peleas submarinas, golpes de kung fu y un hombre-pez que gime llamado Piscis— tiene un aire agradable e informal.

Hay glamour en la soltura de Monti, una sensación de independencia que se siente fiel a una era de cambios en la nación.

“La Mujer Murciélago” fue la cinta culminante de su carrera cinematográfica de más de 40 años, que incluyó películas estelarizadas por El Santo y Boris Karloff. Pero la vida de Monti podría ser una película biográfica en sí misma. Nacida en Génova, Italia, llegó a México con su madre. Comenzó a modelar y luego a actuar. Elegida personalmente por el director René Cardona para “La Mujer Murciélago”, ella disfrutó el papel y permanecía en su traje de bikini y botas para pasear por la Ciudad.

Pero a pesar del papel estelar, Monti adoptó una nueva identidad profesional —periodista. Escribió para revistas y fue co conductora de un programa sobre arte en televisión.

Luego dio otro salto a principios de la década de 1990, enseñando en San Cristóbal y estableciéndose con su segundo marido, el poeta José Antonio Reyes Matamoros.

Dijo que se había dedicado a pintar, escribir y enseñar. “Esa es la labor más impresionante y medular de mi vida”, escribió Monti, de 81 años, vía WhatsApp.

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