Migrantes en África enfrentan torturas y tráfico sexual, revela la ONU
La violencia física y sexual son los mayores riesgos para migrantes que cruzan el Sahel y el Sahara, según un reporte basado en 31 mil entrevistas
Algunos países del norte de África, como Túnez, obligan a los migrantes regresar al desierto.
Por Eve Sampson/The New York Times
Si no se les deja morir de deshidratación o enfermedad, los migrantes en las peligrosas rutas terrestres a través del norte de África hacia el Mediterráneo y Europa corren el riesgo de ser violados, torturados y víctimas del tráfico sexual, afirma un nuevo reporte producido en parte por las Naciones Unidas.
Las muertes de migrantes en el Mediterráneo han atraído la atención mundial durante la última década, pero “el número de los que mueren en el desierto bien podría ser al menos el doble”, dice el reporte, publicado el 5 de julio por dos agencias de las Naciones Unidas y el Centro de Migración Mixta, un grupo de investigación no gubernamental con sede en Dinamarca.
Con base en entrevistas con más de 31 mil migrantes a lo largo de sus rutas, del 2020 al 2023, el reporte documenta la brutalidad que enfrentan las personas de docenas de países que intentan cruzar el Sahel y el Sahara, huyendo de la guerra, la degradación ambiental y la pobreza.
La violencia física, aparte de la violencia sexual, fue el riesgo identificado con mayor frecuencia por los migrantes. Los peligros a lo largo de las rutas incluyen la detención arbitraria —a menudo para extorsionar a sus familias— y la trata con fines laborales, sexuales o actividades delictivas. Los migrantes hablaron de torturas e incluso de sustracción de órganos.
La violencia a menudo procedía de bandas criminales y milicias, en particular de los traficantes pagados para llevar a la gente a Europa. Los traficantes mienten habitualmente a los migrantes sobre los peligros que enfrentarán, les exigen más dinero una vez que están lejos de casa y les proporcionan poca comida, agua y otras provisiones.
“Creía que todos los accidentes ocurren en el mar”, dijo Teklebrhan Tefamariam Tekle, un refugiado eritreo en Suecia, a un entrevistador. “Los accidentes se producen allá en el Sahara. Está lleno de cadáveres de eritreos”.
Otros hablaron de migrantes y traficantes que abandonaban a quienes desfallecían de sed o quedaban heridos a lo largo de la ruta.
Aproximadamente un tercio de los adultos entrevistados son mujeres, que enfrentan peligros especiales. Se estima que el 90 por ciento de las mujeres y niñas viajando por la ruta del Mediterráneo fueron violadas, arroja un estudio de las Naciones Unidas de 2020, y algunas han sido obligadas a realizar trabajo sexual para pagar su viaje. Algunos reportan que mujeres son obligadas a casarse con secuestradores y dar a luz a sus hijos, y otros dicen que las mujeres tienen que pagar favores sexuales para que un grupo pase sano y salvo.
“Las historias son realmente horrendas”, dijo Judith Sunderland, directora asociada de la división de Europa y Asia Central de Human Rights Watch, que entrevistó a cientos de personas que sobrevivieron el viaje a Europa. Los migrantes identificaron a Libia, Argelia y Etiopía como los países más peligrosos.
Más de 72 mil 400 migrantes han cruzado el Mediterráneo en el 2024, de acuerdo con la Agencia de la ONU para los Refugiados, y al menos 785 están muertos o desaparecidos. Pero por más difícil que es hacer un seguimiento de los cruces marítimos, más difícil aún, dijeron los autores del reporte, es estimar el número de personas que cruzan tramos de desierto a menudo sin ley —y cuántas desaparecen en el camino.
Se sabe que mil 180 personas murieron cruzando el Sahara de enero del 2020 a mayo del 2024, pero la cifra real probablemente sea mayor, dijo el reporte. Los países europeos tienen mucho tiempo de intentar disuadir a los migrantes y han pagado a naciones del norte de África para impedir que la gente cruce el mar.
Una investigación reciente realizada por un consorcio de medios de comunicación encontró que en algunos casos los gobiernos europeos están pagando para entrenar y equipar a las fuerzas de seguridad del norte de África que obligan a los migrantes a regresar al desierto.
El reporte, que actualiza y amplía uno publicado en el 2020, dice que desde entonces, “la situación de seguridad se ha deteriorado en varios países, generando un aumento en los desplazamientos y movimientos transfronterizos de personas necesitadas de protección internacional y de migrantes”.
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