Mujeres luchan contra el matrimonio infantil desde los 13 años de edad
Otros activistas de derechos humanos, parlamentarios y líderes religiosos y de la sociedad civil se unieron a la batalla exitosa
La organización de Memory Banda en Malawi ha ayudado a más de 500 niñas a evitar el matrimonio infantil.
Por Rabson Kondowe/ The New York Times
NTCHEU, Malawi — Cuando eran niñas, Memory Banda y su hermana menor eran inseparables. Con sólo un año de diferencia de edad, compartían muchos de los mismos sueños.
Todo eso cambió en el 2009 cuando la hermana de Banda, de 11 años, fue obligada a casarse con un hombre de unos 30 años que la había embarazado.
“Se convirtió en una persona diferente”, recuerda Banda. “Nunca volvimos a jugar juntas porque ella ahora era ‘mayor’ que yo”.
El embarazo de su hermana se produjo poco después de su regreso de un campo de iniciación. En zonas rurales de Malawi, los padres y tutores envían a sus hijas a estos campamentos cuando llegan a la pubertad para que aprendan sobre la maternidad y el sexo —o, más específicamente, cómo complacer sexualmente a un hombre.
Después del matrimonio de su hermana, a Memory se le ocurrió que ella sería la siguiente, junto con muchas de sus compañeras en la aldea.
En su interior se agitaron sentimientos de resistencia, dijo. “Tenía tantas preguntas, como, ‘¿Por qué les debería estar sucediendo esto a niñas tan jóvenes en aras de continuar con la tradición?’”.
Fue un despertar para la autodescrita “feroz activista por los derechos infantiles”, ahora de 27 años. Ayudó en una campaña que, en el 2015, llevó a Malawi a prohibir el matrimonio infantil.
Pero la aplicación de la ley ha sido débil y aún es común que las niñas aquí se casen jóvenes. En Malawi, el 37.7 por ciento de las niñas se casa antes de los 18 años y el 7 por ciento se casa antes de los 15, dice un informe del Gobierno del 2021.
En el pasado, casi todas las niñas de ciertas zonas rurales iban a los campamentos, dijo Eunice M’biya, profesora de historia social en la Universidad de Malawi. “Pero esta tendencia está cambiando lentamente a favor de la educación formal”.
El activismo de Banda inició en el 2010, cuando sólo tenía 13 años, en su pequeña aldea de Chitera. Pese a la resistencia inicial de las mujeres mayores, impulsó a otras niñas para que se negaran a ir a los campamentos.
Su activismo cobró impulso cuando su camino se cruzó con Girls Empowerment Network, un grupo con sede en Malawi que presionaba a los legisladores para abordar el matrimonio infantil. Banda hizo mancuerna con el grupo, pidiendo que se elevara la edad legal para contraer matrimonio de 15 a 18 años. Otros activistas de derechos humanos, parlamentarios y líderes religiosos y de la sociedad civil se unieron a la batalla exitosa. Hoy la Constitución de Malawi define como niño a toda persona menor de 18 años.
El papel de Banda le valió el premio Joven Activista de las Naciones Unidas en el 2019. Ese año, con el apoyo de Freedom Fund, un grupo internacional sin fines de lucro dedicado a poner fin a la esclavitud moderna, fundó la Fundación para el Liderazgo de las Niñas para promover los derechos de los niños y enseñar habilidades de liderazgo a las niñas. Su grupo ha ayudado a más de 500 niñas a evitar el matrimonio infantil y a permanecer en la escuela o matricularse nuevamente.
El año pasado compartió lo que había estado haciendo con Michelle Obama, Melinda French Gates y Amal Clooney durante su visita a Malawi como parte de los esfuerzos de la Fundación Clooney para la Justicia para poner fin al matrimonio infantil.
Cuando llegó el momento de ir al campo de iniciación, Banda se negó. “Simplemente dije que no porque sabía lo que quería en la vida, y eso era recibir educación”, dijo.
Obtuvo una licenciatura en estudios de desarrollo y recientemente completó una maestría en gestión de proyectos. Ahora trabaja con Save the Children International y dirige su grupo de derechos infantiles en Lilongwe, la capital de Malawi.
El próximo paso de Banda es crear una escuela vocacional para niñas que no pueden ir más allá de la escuela secundaria. “Lo único que quiero es que las niñas vivan en una sociedad igualitaria y segura”, afirmó. “¿Es demasiado pedir?”.
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