Neelman concursará en Señora Mundo, tras dos semanas de parto
Neeleman dijo que le habían preguntado si sería capaz de equilibrar los deberes de una ganadora de la corona de Señora Mundo con su ocupada vida personal
Hannah Neeleman con Flora Jo, su octavo bebé, durante un tiempo libre en el concurso de belleza Señora Mundo.
Por Madison Malone Kircher/ The New York Times
LAS VEGAS, Nevada — “Todavía estoy sangrando un poco”, dijo Hannah Neeleman.
Estaba sentada en una habitación de hotel, meciendo a una recién nacida, mientras una maquillista rondaba cerca, con pincel para sombras de ojos en la mano.
Dos semanas después de dar a luz a su octavo bebé, Neeleman, de 33 años, dijo que ya no necesitaba usar pañales posparto. Eso era conveniente, porque estaba a punto de participar en la ronda de trajes de baño del concurso de belleza Señora Mundo, para mujeres casadas de todo el mundo.
“No creo que sea vergonzoso mostrar que acabo de tener una bebé”, dijo Neeleman. “Digo, no voy a tener un vientre perfectamente plano”.
Ex bailarina formada en Juilliard, es más conocida como una estrella de las redes sociales que como una reina de los concursos. En línea es conocida como Ballerina Farm y millones de personas ven sus videos que retratan su vida en el campo a 50 kilómetros de Salt Lake City, Utah.
El 21 de enero, el día del concurso, 9 millones de seguidores en Instagram la vieron ordeñar a su vaca, Tulip, y hornear pan de masa madre. La marca —y Ballerina Farm es tanto una marca como una persona— es saludable y bucólica. Neeleman aparece como fundadora y directora ejecutiva de Ballerina Farm. No hay pastel que no pueda hornear, ni número de niños o ganado que no pueda manejar. Su marido, Daniel, hace cameos como el goloso que devora felizmente todo lo que ella cocina.
Neeleman es simultáneamente una de las estrellas de las redes sociales más populares en EU y un blanco de críticas. ¿Es, como dirían sus fans, una mujer que ha tomado la encomiable decisión de quedarse en casa, criar a los niños y apoyar la granja familiar? ¿O es, como dirían sus detractores, alguien que usa las redes sociales para presionar por un retorno a los roles de género tradicionales mientras pasa por alto los privilegios que le permitieron tener ese estilo de vida?
Como muchos influencers en línea, Neeleman ha monetizado su popularidad. Los fans pueden comprar paquetes deshidratados de su masa madre por 18 dólares. Otros artículos incluyen un delantal a cuadros y un juego de platos esmaltados. Está planeada la construcción de una tienda y una cafetería Ballerina Farm, al igual que una operación lechera, dijo Neeleman.
Sus seguidoras en línea son leales. Rivalizan en volumen con quienes intentan hacer agujeros en sus alegres retratos de la vida familiar en la granja.
Después de la sesión de maquillaje en la habitación del hotel, Neeleman se unió a las otras 37 concursantes de Señora Mundo en una ronda preliminar.
Una parte clave del certamen tuvo lugar a puerta cerrada, cuando las concursantes se reunieron con los jueces. Neeleman dijo que le habían preguntado si sería capaz de equilibrar los deberes de una ganadora de la corona de Señora Mundo con su ocupada vida personal. Además del nuevo bebé, su padre está muriendo de cáncer.
“Saber que el final probablemente está cerca para él, y luego tener esta bebé recién nacida y darle la bienvenida a esta vida a nuestra familia, ha sido muy pleno de emociones”, dijo. “Creo que eso es lo que es una Señora Mundo. Es una mujer que desempeña muchos roles”.
La concursante de Alemania acabó ganando la corona. Las 37 concursantes la rodearon. Después de un rato, Neeleman se escabulló. Era hora de amamantar a su bebita.
“No creo que sea vergonzoso mostrar que acabo de tener una bebé”.
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