Nigel Sylvester, más allá del BMX: un influencer del deporte urbano
Nigel Sylvester, el fenómeno del BMX y estrella de redes, deslumbra en un skatepark mientras redefine el deporte urbano con estilo y fama digital
Nigel Sylvester es uno de los deportistas de motocross en bicicleta más famosos del mundo, pero no compite. (Brian Karlsson para The New York Times)
Por: Jonathan Abrams | The New York Times
MIAMI — Al principio, los niños en bicicleta, patines y patinetas ni se fijaron en el atleta mundialmente famoso que estaba entre ellos. Nigel Sylvester se subió a una rampa y contempló las losas de concreto que cubrían el paisaje del skatepark.
Pedaleó con sus tenis zapatillas Air Jordan, ganando velocidad en su bicicleta. Saltó, haciendo que la bicicleta bailara sobre un barandal. Giró el manubrio antes de tocar el suelo.
Para la mayoría, parecía impecable. Pero Sylvester sintió un detallito. Lo intentó varias veces. Con cada intento, más niños se detenían a mirar.
Recibieron un adelanto de lo que verían los fans de Sylvester. El amigo de Sylvester pedaleaba a su sombra, grabando cada movimiento. Los mejores trucos se publicarían en las redes sociales de Sylvester, para casi un millón de seguidores en Instagram y YouTube.
Sylvester, de 36 años, podría ser el atleta de motocross más conocido de la actualidad. Una canción de Jay-Z lo alababa (“Nigel Sylvester con estos giros en bicicleta”). Tiene su propio tenis exclusivo Michael Jordan.
“Cuando lo pienso ahora, realmente quiero ser uno de los más grandes que jamás haya tocado una bicicleta”, dijo Sylvester.
Pero Sylvester no es uno de los atletas de BMX preparándose para los Juegos Olímpicos de París: no compite. Cultivó su fama vía las redes sociales.
“Toda la gente en los concursos y todo eso, bien por ellos”, dijo T.J. Lavín, un profesional de BMX retirado. “Él es demasiado genial para competir”.
Cuando creció en Queens, en Nueva York, Sylvester hurgaba en la basura buscando piezas para armar una bicicleta. Recibió su primera bicicleta real de sus padres. Inmediatamente le quitó los frenos, algo que todavía hace hoy.
Sobre dos ruedas, recorrió barrios y distritos, donde el mundo del concreto, el mármol y los ángulos salientes le resultaron inspiradores.
“No puedes controlar el medio ambiente”, dijo Sylvester. “No puedes controlar el clima. No puedes controlar a la gente que pasa. No puedes controlar el tráfico”. Descubrió “cómo manipular el entorno para ejecutar el truco que deseas ejecutar y expresar tu arte”.
Su revelación se produjo hace poco más de una década con un temerario salto en el metro de Nueva York.
Sylvester midió la distancia, plataforma a plataforma, y determinó que no podría ganar suficiente velocidad acercándose en línea recta. En cambio, tendría que circular paralelo a las vías antes de girar bruscamente. Aumentó la velocidad antes de virar mientras su impulso lo llevó por encima del borde del andén, impulsándolo al siguiente conjunto de vías del metro.
Ha logrado saltos más grandes. Pero los espectadores conocían el metro. Sabían la distancia que había viajado y el riesgo que corría.
“La gente me vio como un atleta de manera diferente desde ese momento”, dijo.
A medida que su audiencia se expande, busca usar su talla de nuevas maneras. En el 2021, creó una fundación que tiene como objetivo distribuir 10 mil bicicletas a niños.
“Creo en el poder de la bicicleta”, dijo Sylvester. “Creo que es uno de los vehículos más increíbles del mundo. Es ilimitado. Va más allá de la raza y de la religión, más allá de la clase social, incluso más allá de la geografía”.
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