Nuevos dispositivos alargan vida de órganos para trasplantes
El primer dispositivo para preservar los pulmones mediante perfusión obtuvo la aprobación de la Dirección de Alimentos y Medicamentos de EU en el 2019
Una máquina de perfusión bombea sangre o un líquido oxigenado a los vasos sanguíneos de un órgano donado.
Por Ted Alcorn/ The New York Times
A cierto nivel, el hígado en el quirófano del Hospital Northwestern Memorial, en Chicago, estaba vivo. Sangre circulando por sus tejidos suministraba oxígeno y eliminaba productos de desecho, y el órgano producía bilis y proteínas esenciales para el cuerpo.
Pero el donador había muerto un día antes y el hígado yacía dentro de un dispositivo de plástico que lo preservaba. “Es un poco de ciencia ficción”, dijo Daniel Borja-Cacho, cirujano de trasplantes en el hospital.
Los cirujanos están experimentando con órganos de animales genéticamente modificados, insinuando que en el futuro podrían ser una fuente para trasplantes. Pero el campo ya está experimentando un cambio de paradigma, impulsado por tecnologías de uso generalizado que permiten a los médicos almacenar temporalmente órganos fuera del cuerpo.
La perfusión, como se le conoce, está cambiando todos los aspectos del proceso de trasplante, desde la forma en que operan los cirujanos hasta los tipos de pacientes que pueden donar órganos y los desenlaces para quienes los reciben. Los programas que la han adoptado están trasplantando más órganos. Desde el 2020, Northwestern ha tenido un aumento del 30 por ciento en su volumen de trasplantes de hígado. En Estados Unidos, el número de trasplantes de pulmón, hígado y corazón aumentó más de un 10 por ciento cada uno en el 2023, uno de los mayores aumentos interanuales en décadas.
Sin flujo sanguíneo, los órganos se deterioran rápidamente. Es por ello que el donante de órganos ideal es alguien que murió en circunstancias que interrumpieron la actividad cerebral, pero cuyo corazón continuó latiendo, manteniendo los órganos viables hasta que pudieran encontrar un receptor.
Para minimizar el daño a los órganos después de su extracción del suministro de sangre de un donador y antes de conectarlos al de un receptor, los cirujanos solían enfriarlos justo por encima del punto de congelación, retardando significativamente sus procesos metabólicos. Esto amplía la ventana en la que se pueden trasplantar los órganos, pero sólo brevemente. Los hígados permanecen viables durante no más de 12 horas, y los pulmones y el corazón cerca de 6.
Los científicos tienen mucho tiempo experimentando con técnicas para mantener los órganos en condiciones más dinámicas, a una temperatura más cálida y perfundidos con sangre u otra solución oxigenada. Después de años de desarrollo, el primer dispositivo para preservar los pulmones mediante perfusión obtuvo la aprobación de la Dirección de Alimentos y Medicamentos de EU en el 2019. Los dispositivos para perfundir corazones e hígados se aprobaron a finales del 2021.
Debido a que las células de un órgano perfundido continúan funcionando, los médicos pueden evaluar mejor si prosperarán en el cuerpo del receptor. Alentados por esa información, los cirujanos han comenzado a utilizar órganos de donadores mayores o más enfermos que de otro modo habrían rechazado.
Quizás lo más importante es que la perfusión ha permitido la mayor donación de órganos por parte de pacientes en coma cuyas familias han retirado el soporte vital, permitiendo que sus corazones terminen por detenerse. Cada año, decenas de miles de personas mueren de esta manera, pero rara vez eran candidatos a donadores porque el proceso privaba de oxígeno a sus órganos.
Shimul Shah dijo que el programa de trasplantes que dirige en la Universidad de Cincinnati, en Ohio, prácticamente ha agotado su lista de espera para hígados. “Nunca pensé, en mi trayectoria, que diría eso”, dijo.
Perfundir un órgano fuera del cuerpo puede añadir más de 65 mil dólares al precio de un trasplante. Pero algunos cirujanos dijeron que la tecnología aún podría ahorrar dinero, ya que los pacientes que reciben órganos perfundidos generalmente salen del hospital más rápido y con menos complicaciones.
Shaf Keshavjee, cirujano en la Universidad de Toronto cuyo laboratorio estuvo a la vanguardia del desarrollo de tecnologías para preservar los pulmones fuera del cuerpo, dijo que los dispositivos podrían con el tiempo permitir a los médicos extirpar, reparar y devolver los pulmones a pacientes enfermos.
Ashish Shah, presidente de cirugía cardíaca en la Universidad de Vanderbilt, en Tennessee, uno de los programas de trasplante de corazón más activos de EU, coincidió.
“Tu corazón falla”, dijo. “Lo saco. Lo pongo en mi aparato. Mientras no tienes corazón, puedo mantenerte con un corazón artificial por un ratito. Entonces tomo tu corazón y lo arreglo —células, mitocondrias, terapia genética, lo que sea— y luego te lo vuelvo a implantar. Tu propio corazón. Para eso realmente estamos trabajando”.
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